lunes, 29 de enero de 2018

Lactancia y alimentación complementaria a los 13 meses

Nuestra pequeña E. ya tiene 13 meses y cada vez va comiendo mejor. De momento solo hemos conseguido que coma alimentos sólidos a mediodía y por la noche. Por las mañanas le damos una galleta para chupar mientras nosotros desayunamos, pero solo la lame o chupetea un poco y acaba tirándola. Lo cierto es que a esas horas le doy el pecho cada vez que lo pide, hasta que se vuelve a quedar dormida. Después ya despierta casi para la hora de comer. No merienda nada en particular, más bien sigue con el pecho a demanda y en ocasiones come algo de fruta con nosotros si es que no la ha comido a mediodía. De momento ya nos parece todo un logro conseguir que coma dos comidas principales con nosotros, y gracias a eso podremos comenzar a espaciar un poco la lactancia entre toma y toma, para que ella se acostumbre a estar más tiempo sin comer (a día de hoy le cuesta mucho aguantar 3 horas, y a veces solo lo consigue si duerme una siesta entre medias o está muy distraida y yo no ando cerca).

La comida:

En contra de lo que muchos opinan aún, la lactancia materna justo antes de comer favorece que nuestra hija coma mejor, al menos a nosotros nos funciona bien así. El pediatra de E. nos llegó a recomendar hace meses que la dejáramos sin comer un par de horas para que luego lo cogiera con ganas, pero al intentarlo lo único que conseguimos es que estuviera muy nerviosa y quejicosa en la trona, que tirara toda la comida al suelo y acabara llorando de desesperación. Una y no más. Ahora siempre le doy el pecho antes de sentarla en la trona y se queda tan feliz, dispuesta a probar casi cualquier cosa que le demos de comer, eso sí, si no es de textura cremosa.

Normalmente le damos algo de carne bien picada, porque no mastica, solo lo marea un poco de lado a lado en la boca y lo traga. Puede comer, pollo, merluza, dorada, conejo, cordero, ternera... Cualquier tipo de carne que sea jugosa y blandita, preferiblemente a la plancha (pues cocido queda mu seco) y sin sal.

Como es una niña que nunca ha comido papillas de cereales (hemos sido incapaces de conseguir que las comiera) ella come pan (de trigo, de espelta, o su preferido de centeno). A veces lo chupa, otras lo mordisquea e incluso va sacando las migas a pellizcos con los deditos y se las va comiendo.

Pan
Intentamos acompañar la carne con algo de verdura, pero es una asignatura pendiente el conseguir que la coma. Antes le gustaba la zanahoria y el brócoli, y ahora ni eso. Y si le damos de nuestras cremas de verduras pone cara de asco e incluso le dan arcadas, con lo buenas que son! Nos han recomendado que probemos añadiéndole un quesito, así que ya veremos a ver...

De postre fruta. Desde que tenía 5 dientes, y más ahora que ya tiene 6, come mucho mejor la fruta. Lo que siempre le ha gustado ha sido la pera y el caqui, pero ahora ya come fresas, manzana, piña y naranja. Este fin de semana retomaremos la famosa fruta de los niños, el plátano, que no sé por qué, no le acaba de gustar. La fruta siempre se la damos en forma de gajo para que ella pueda agarrarla y comerla. No le gusta la fruta machacada (como con los purés, todo lo que sea pringoso y en cuchara lo rechaza). Lo que sí que le gusta a veces y viene muy bien para llevar a la calle es la compota de fruta preparada para tomar por una boquilla, como la de la foto. De esa manera ella no ve que pringa y la va comiendo.

Fresas
Manzana







Durante toda la comida le ponemos su taza de aprendizaje con agua, porque evidentemente le entra sed, y ya sabe pedírnosla señalando con el dedo, pero sin duda lo que más le gusta es que al terminar me la vuelvo a poner al pecho.

Por la tarde: 

E. toma lactancia materna a demanda, lo cual le ayuda a dormir una siesta de tarde. Lo que estamos comenzando a cambiar, ahora que come mejor, es que si hace calor y nos pilla en la calle le damos agua, y solo si paramos a merendar o a tomar algo en algún lugar recogido, y se pone muy "pesada" le doy el pecho, pues hasta ahora sacaba el pecho en cualquier lugar y momento que me pillara, ya fuera sentada, de pie o incluso caminando, pero queremos intentar espaciar un poco más las tomas, como he comentado antes.

Ikea


La cena:

Al igual que en la comida, le doy el pecho antes de sentarla a la trona. Le intentamos dar proteína y lácteo (a parte de la lactancia materna, evidentemente). Suele comer algo de carne que le haya quedado de mediodía, jamón cocido, tortilla francesa... Si nosotros comemos algo de fruta, pues también partimos un buen trozo para ella. Y de cereales le ponemos arroz cocido, que normalmente lo come bastante bien cogiéndolo ella con sus deditos. En alguna ocasión conseguimos que coma bocados más grandes dándoselo nosotros en una cuchara, pero al cabo de un rato ya nos la rechaza y pasa a cogerlo ella misma con sus manos. Es verdad que así nos pone el suelo lleno de arroz y es un engorro, pero da gusto ver cómo se afana por coger ella la comida y llevársela a la boca, demostrándonos lo capaz que es.

Y al terminar siempre se come un yogurt. Cuando cumplió 11 meses empezamos a ver que este tipo de lácteo le gustaba, así que le dábamos unas cucharadas del nuestro antes de comer nosotros, cuando aún no habíamos echado azúcar ni nada. Al cumplir el año ya se comía medio envase de yogurt (siempre natural y sin azúcar) y a día de hoy, que tiene algo más de 13 meses, puede llegar a acabárselo por completo. De esta forma evito darle el pecho nada más terminar y ya me espero a que la vayamos a acostar, después del baño y de jugar un poco, así yo estoy más cargada de leche y cuando va a dormir toma de los dos pechos y mucha cantidad.

Yogurt
De noche:

Seguimos colechando así que se pasa la noche mamando cada poco. Normalmente no me deja dormir más de una hora seguida (hasta las 4 de la mañana) y luego ya duerme unas dos horas seguidas antes de volver a demandar pecho.

Planes de futuro:

Seguimos ofreciéndole cada día verdura pero no le vamos a obligar a comerla, así que solo nos queda tener un poco de paciencia y pensar que algún día pasará igual que con la fruta y acabará comiéndola. 

Otra cosa pendiente es conseguir que tome leche de fórmula, pues yo llevo un año "atada" a la niña, y eso me daría un poco más de libertad, incluso para poder hacer algún plan con mi chico que durara más de 3 horas, pues E. no aguanta más de ese tiempo sin mamar. Esta es otra de las razones por las que queremos espaciar un poco más la lactancia materna entre toma y toma, para que él no lo pase mal y nosotros podamos estar solos para ir al cine, o salir a cenar, mientras E. se queda con alguna de sus abuelas. Y digo leche de fórmula porque aunque tiene 13 meses y ya podría tomar leche de vaca, no alimenta igual, y de lo que se trata es de sustituir alguna toma de leche materna por algo que sea similar a nivel nutritivo, y solo la de fórmula lo es. Sacarme yo la leche también sería una solución, pero no demasiado válida si tenemos en cuenta que como hacemos lactancia materna casi a demanda no suelo tener una buena carga de leche en el pecho como para extraerla.

Conseguir que duerma sola en su cuna... Pero siendo sinceros, esto no lo vemos posible hasta que no deje la lactancia materna y se acostumbre a dormir varias horas seguidas. Que lo que tiene esta niña es que se mueve mucho por la noche y como se desvela lo más fácil es darle teta para que vuelva a dormirse.

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jueves, 25 de enero de 2018

Primeros controles y cuidados del recién nacido.

Ya está, ya dí a luz a mi pequeña, ya está fuera de mi vientre respirando por ella misma, autónoma, y mamando cada poquito de mi pecho. Y ahora qué? Quién me la va a mirar y decirme que está bien? Ojalá cada día pasara alguien por casa para certificárnoslo, pero no es así. Cuando un bebé está sano, a los dos días de estar en el hospital te marchas para casa y si todo va bien solo has de ir a hacer algunos controles importantes a los centros sanitarios de tu ciudad. A continuación os cuento cómo fue con muestra pequeña.

Nacimiento:
E. nació casi sin llorar, muy bien de color y respirando perfectamente. Estuvo encima de mi pecho casi todo el rato, solo la cogieron un momento para pesarla, le echaron la pomada que se les pone a los recién nacidos en los ojos y luego me la devolvieron. Supongo que le harían además el test de Apgar, pero recuerdo haber leído en alguno de los informes que solo apuntaron el último que le hicieron, pero no recuerdo dónde, y que le salió perfecto.
También tengo el dato del grupo sanguíneo, pero me imagino que este lo sacaran de la sangre de la placenta y cordón umbilical, vamos, que no pincharon a la pequeña.

Al día siguiente del nacimiento:
Con un día de vida, estando en la habitación del hospital, vino un pediatra para hacerle un reconocimiento, supuestamente más exhaustivo que el del nacimiento. Volvieron a pesarla para ver lo que había perdido en sus primeras horas de vida, la midieron (talla y contorno craneal) y la auscultaron. Luego, en una sala adyacente le pusieron su primera vacuna, la de la Hepatitis B.

En otro momento vino una matrona que es la que nos enseñó a bañar al bebé y así darle su primer baño, aunque hay que decir que no le gustó nada de nada, y se pasó todo el rato llorando a pleno pulmón. También nos indicó cómo proceder con el cordón umbilical. Sabíamos que había distintas formas pero en nuestro caso nos recomendó que lo limpiáramos con un poquito de jabón en una toallita y que luego lo aclaráramos con la misma toalla pero por otro lado previamente humedecido en agua sin más, así una vez o dos al día. También nos dijo que no pasaba nada porque se mojara el muñón del cordón umbilical, pues de todas formas el baño del bebé tan pequeño es muy breve y basta con dejarlo bien sequito después para que siga su proceso de curado y se caiga.

Antes de irnos del hospital:
Estuvimos 2 días en el hospital, pero antes de irnos se llevaron a nuestro bebé a una sala donde lo exploraron más meticulosamente. Fue un pediatra distinto. Tardaron bastante rato y desde el pasillo la oíamos llorar. Qué angustia no saber lo que le están haciendo. Aunque sabes que está en buenas manos y que el personal sanitario tiene más experiencia que tú con bebés, aquel no es un bebé cualquiera, es el tuyo, y temes por él, sufres con él, y velas porque esté bien. 

Nos detallaron en un informe todo lo que le habían estado mirando:

  • Estado general
  • Piel y mucosas
  • Cráneo
  • Paladar y clavículas
  • Boca, nariz y ojos
  • ACR (tono, perfusión, pulso)
  • Respiración
  • Abdomen
  • Genitale sexternos
  • Signos de Barlow y Ortolani
  • Cordón umbilical
  • SNC (fontanelas)
  • Reflejos neonatales
Además nos dijeron que pidiéramos cita para la primera revisión con el pediatra para cuando el bebé tuviera 15 días de vida y nos recetó Vitamina D, supongo que por nacer en un lugar que suele ser oscuro y en invierno.


Primera semana:
- 3 días de vida: Prueba del talón. Esta es una prueba que detecta enfermedades metabólicas congénitas y tardan varias semanas en tener los resultados. De hecho nos dijeron que si no nos llamaban por teléfono es que estaba todo bien, que solo llaman si detectan algo raro.
- 4 días de vida: Prueba de los oídos, para mirar el potencial auditivo. Lo preferible es que el bebé esté dormido para realizar la prueba que consiste en ponerle una especie de auricular que toca la parte de la cabeza donde hay cráneo, emitiendo ondas sonoras que recibe el mismo aparato, o algo así entendí yo.
- 8 días de vida: Visita con la matrona, que miró al bebé (peso y constantes vitales y ombligo) y también me miró a mi los puntos y los pechos.

Segunda, tercera y cuarta semana:
- 15 días de vida: cita con el pediatra, que la midió (talla y contorno craneal), la pesó, le revisó los genitales, el movimiento de la cadera, el ombligo y le hizo un chequeo general.
- 16 días de vida: ambulatorio para curar el ombligo, pues el cordón umbilical aún no se había caído y debían proceder con nitrato de plata para quemarlo con cuidado y ayudar a que se desprendiera. En esta ocasión ya nos recomendaron que pasáramos a usar alcohol de 70º con clorhexidrina para secar el muñón y favorecer su caída. La niña ni se quejó, pues se lo hicieron con mucho cuidado sin tocarle la piel suya (se trata de impregnar un poco la parte del cordón umbilical que aún no se ha caído) y en el ombligo no sentía nada de dolor.
- 21 días de vida: volvemos al ambulatorio para revisar el ombligo que ya muestra mejoría. No es necesario aplicar más nitrato de plata y le hacen una limpieza con alcohol.
- 23 días de vida: Visita de nuevo con la matrona, para hacer un control de peso de la pequeña y de su estado de salud general.
- 29 días de vida: Volvemos al pediatra para hacer la revisión del mes. Donde vivimos es normal que le hagan los controles entre la matrona y el pediatra, cada vez uno para detectar mejor si hay una buena subida de peso en el bebé o si aparecen algunos problemas en su crecimiento y desarrollo. En el caso de nuestra pequeña le detectan un pequeño problema en la cadera, parece ser que no conecta del todo bien el fémur con la cadera y hay que hacerle una ecografía.

Segundo mes:
- Un mes de vida: Ecografía de la cadera. Le revisan ambas piernas. Yo puedo permanecer a su lado mientras se lo hacen, una mujer le sujeta la pierna en diferentes posiciones y otra le va mirando con el ecógrafo, pero a mi pequeña le molesta mucho y llora como nunca.
- Un mes y 4 días: revisión de peso con la matrona.
- Un mes y 5 días: revisión de los resultados de la ecografía de la cadera con el pediatra, que nos recomienda que vayamos a un traumatólogo para que nos indique cómo corregir el defecto que tiene.
- Un mes y 18 días: traumatólogo. Revisa las ecografías y parece que no es nada grave, de hecho no le hace falta poner ni doble pañal para corregirlo pues parece que en estos días ha debido de ir a menos, así que nos pide que volvamos a hacerle otra ecografía para confirmar la mejoría y su progreso.
- Un mes y 20 días: control de peso con la matrona.
- Un mes y 25 días: ecografía y revisión con el traumatólogo que nos confirma que se le ha corregido mucho y que no debemos hacer nada especial para terminar con la corrección de la unión del fémur en la cadera. Que viene bien que hagamos porteo y que la niña tenga las piernas abiertas pero que no nos obsesionemos.
- Un mes y 26 días: Control de salud y peso con el pediatra.

Editado: Durante el tercer mes dejamos de ir a la matrona y los controles de peso los hicimos  intercalando pediatra con un control de peso rutinario en el ambulatorio. Durante el tercer y cuarto mes tuvo controles cada 15 días, durante el quinto y sexto mes cada 30 días. Y a partir de entonces y hasta el año de edad las visitas al pediatra fueron cada dos meses y los controles de peso en el ambulatorio cuando lo considerábamos oportuno o cuando iba a ponerse alguna vacuna. Después del año hay que hacerle una revisión con el pediatra  a los 15 meses.

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miércoles, 24 de enero de 2018

Con un bebé y sin Navidad

Mi hija nació poco antes de Navidad y eso hizo que no me enterara de las fiestas. Bueno, ni yo ni tampoco mi chico que estuvo conmigo todos esos días. La cuestión fue que pasaban los días y solo teníamos ojos para nuestra pequeña. Que estuviera bien, ir a los controles natales programados y descansar. Como la niña nació por la mañana no pudimos dormir en toda esa noche que me la pasé con contracciones, pero es que al siguiente día en el hospital tampoco pegamos ojo porque la peque se atragantaba con su propia saliva. Así que al llegar a casa, dos días después, yo me dormía por los rincones, casi a la vez que ella, mientras era mi chico el que se encargaba de limpiar y hacer la comida.  

Comenzábamos las fiestas con mucho cansancio, sueño, y un recién nacido del que cuidar y que había venido sin libro de instrucciones.

Compras de Navidad y Reyes Magos
Fuimos previsores porque saliendo de cuentas en estas fechas de navidad no queríamos dejar nada para el último momento, así que ya en noviembre comenzamos a hacer las compras de los regalos para poner debajo del árbol. No lo disfrutamos como cuando se sale a comprar con las calles adornadas y llenas de luces, y además no pudimos pasear ni mirar demasiadas tiendas por culpa de mi gran dolor de ciatica el último mes de embarazo, así que se convirtió más en un deber que en un placer. 
También nos habíamos afanado en tener decorada la casa con adornos navideños desde bastante tiempo atrás, pero como aún quedaba bastante para las fiestas, no lo disfrutamos demasiado.

Nochebuena y Navidad
Ya teníamos hablado con la familia de mi chico y con la mía, que como yo salía de cuentas el 23 de diciembre (según el ginecólogo el 27), no prepararíamos la cena de nochebuena este año. Pero tampoco pensábamos ir a casa de nadie a cenar si es que la niña nacía poco antes del 25, porque o bien nos pillaría en el hospital o bien sería un bebé tan pequeñito que no era ocasión de tenerlo de aquí para allá con tanto jaleo como se monta en este tipo de cenas familiares. 

Al final E. nació el 19 de diciembre, lo que conllevaba que tendría tan solo 5 días en nochebuena y decidimos cenar los dos solos en casa. Mi chico fue a comprar al supermercado para preparar una suculenta cena para nosotros, igual que si estuviéramos con más gente. Unas cosas las cocinaría él y otras yo, haríamos turnos en la cocina y cuidando a la pequeña, pero ahí es donde comenzó el caos de las fiestas de navidad. La niña se despertaba cada poco queriendo mamar y como estaba con lactancia materna, se hacía caquitas cada vez que comía, así que había que cambiarla también. Éramos primerizos e inexpertos y por eso queríamos estar los dos a la hora del cambio del pañal. Si lloraba un poco, nos preocupábamos ambos, y solo si comía estábamos tranquilos, yo dándole el pecho y mi chico cocinando. Al final  hicimos un montón de cosas ricas para cenar, pero como tuvimos que hacerlo a turnos y con pausas, acabamos cenando a las once de la noche, en pijama, y yo con la niña al pecho, como no podía ser de otra manera.

No fue una nochebuena al uso. Estábamos solos y eso se hacía raro para los dos porque ambos estábamos acostumbrados a celebrarlo siempre con las familias respectivas. Al terminar la cena no hubo juegos de cartas, no hubo tele... solo recoger, ducha y a la cama. Un aburrimiento.

Paseos
Ya se me había quitado por completo el dolor de ciática y de espalda tres días antes de dar a luz, así que me encontraba mucho mejor, pero el cansancio de varias noches sin dormir, la incomodidad de las compresas tocológicas después del parto, las molestias en el suelo pélvico... todo eso no me dejaba disfrutar de salir a pasear con mi chico y nuestro bebé. Además hacía mucho frío y tampoco era necesario que a la pequeña le diera el aire más de lo que ya le daba por tenerla que llevar al pediatra, al ambulatorio, y demás controles. Y por si no fuera poco ella mamaba cada hora u hora y media de día, así que no disponíamos de mucho tiempo para entretenernos, pues yo era madre primeriza y nunca había vivido de cerca la lactancia materna, así que me daba mucho apuro dar de mamar en público, e intentaba evitarlo.

Nochevieja y Año nuevo
Para Nochevieja la niña ya tenía 12 días y tanto mi chico como yo ya nos habíamos acostumbrado a vivir con un bebé. La lactancia materna estaba marchando muy bien y mi chico se apañaba perfectamente con las comidas y demás cosas de la casa, así que preparamos una cena con su familia en nuestra casa para comernos todos juntos las uvas e intentar vivir un poco la Navidad que estaba brillando por su ausencia en nuestras vidas.

¿Que si lo conseguimos? No, no conseguimos disfrutar del todo de la cena. Estábamos pendientes de la pequeña en cada momento, e incluso reconozco que a mi no me acababa de gustar mucho ver cómo se la pasaban de unos a otros. Todos eran muy cariñosos y cuidadosos, pero aún tenía mucho miedo de que alguien le tosiera en la carita, de que se contagiara de algo, de que la tocaran con las manos sucias, o de que le dieran un beso en la cara. Podríamos llamarlo "fobia ridícula" pero en mi caso yo lo veía más como "miedo razonable". Además me tocó darle el pecho en varias ocasiones durante la cena e incluso tomándome las uvas, y casi puedo decir que esa fue la primera vez que lo hice en "público", intentando que el padre de mi chico y su sobrino no me vieran el pecho... jajaja, yo que nunca antes había hecho topless. Pues eso, que no lo disfruté.



Día de Reyes
Las fiestas ya se terminaban y nosotros ya teníamos los regalos debajo del árbol. No hubo nada de especial este día. Hasta mi chico compró roscón de reyes para mí, por ser unos de mis postres preferidos, pero no me supo como otras veces, no me gustó, y lo dejé casi entero sin comer.



A día de hoy aún comentamos entre nosotros que este fue el año que no tuvimos Navidad. Estuvimos más pendientes de nuestro recién llegado bebé que de disfrutar del ambiente navideño de nuestra ciudad. Íbamos a todas partes preocupados por la salud de nuestra pequeña, pero no nos fijábamos que estábamos rodeados de ambiente navideño, de luces, de música... Solo nos veíamos a nosotros, intentando disfrutar de nuestra hija sin hacer caso al resto del mundo. Y no lo hicimos a propósito, porque lo que sucede en estos casos es que el bebé lo ocupa todo de verdad. Lo llena tanto todo, y es todo tan agotador, que no tienes ni fuerzas para otras cosas.

Así que no, un bebé que nace a finales de diciembre no es el mejor regalo de Navidad, porque sí que es el mejor regalo pero Navidad? Qué es eso?

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lunes, 22 de enero de 2018

Menstruación después del embarazo y con lactancia materna

Pues sí, justo 13 meses después de que mi niña naciera me ha bajado el periodo. 

Lactancia materna y prolactina
Seguimos con lactancia materna, cada 2 o 3 horas aproximadamente, tanto de día como de noche, pues mi pequeña aún no come demasiado de otro tipo de alimentos. Igual un día come y cena bastante bien y al día siguiente solo quiere mamar. Así que en ningún caso he llegado a estar más de 4 horas sin darle el pecho durante los últimos meses. De hecho ya no recuerdo lo que es tener el pecho hinchado ni sentir la necesidad de que mamara porque iba a comenzar con los escapes, lo que sí que noto cada día es las ganas de dormir más de 2 horas seguidas... Tengo entendido que la regla viene cuando hay una bajada de prolactina, es decir, cuando el bebé deja de mamar tanto, pero eso en mi caso no se ha cumplido... Vamos, que mi cuerpo ha estimado que era hora de ovular (si es que lo ha hecho antes de que me viniera el periodo este mes) y punto, pero no porque la lactancia materna se haya frenado ni mucho menos. ¿Eso quiere decir que sigo con el nivel de prolactina alto? Pues no lo sé, pero supongo que sí. Si es que no, ¿entonces será que mi pequeña mama frecuentemente pero menos cantidad que antes y yo no me he dado cuenta? Veremos a ver si se me regula la regla después de este ciclo, o vuelvo a estar otro tiempo con amenorrea de nuevo.

Compra del mes
Hacía mucho que no iba al supermercado a comprar compresas, pero claro, me ha tocado añadirlas a la lista de la compra y he tenido que recargar de todo tipo, porque las que tenía las gasté con los sangrados del posparto, cuando estos ya eran muy ligeros. Así que ahora vuelvo a tener un arsenal de compresas normales, de noche, tampones y salvaslips. Creía que después de 22 meses con amenorrea, primero por el embarazo y después por la lactancia materna, me iba a dar mucha pereza volver a tener que usar estas cosas, pero no ha sido así. He comenzado a usarlo y me he sentido bien. No he dicho "vaya asco, otra vez esta guarrada" jajaja pues es algo que lleva conmigo muchos años, y como todas las mujeres sabemos, es tan natural como cualquier otra cosa, aunque estar sin ella es una comodidad brutal, sobre todo porque no estás pendiente de si te va a venir i no, de si te has quedado embarazada, uyuyuy... jajaja.


Los preservativos deberían ser otra de las cosas que comprar si no fuera porque ya nos surtimos de ellos en cuanto di a luz, porque sabemos bien que la lactancia materna (MELA) no es un anticonceptivo de fiar.

Cómo ha sido el ciclo
Dicen que en la primera regla después del parto no tiene por qué haber habido ovulación. No obstante en mi caso creo que sí hubo, pues hace poco más de quince días que tuve dolor de ovarios y además me llamó la atención que tuve un flujo muy abundante y transparente (como el del momento más fértil del ciclo). Normalmente nunca me enteraba de cuándo ovulaba, porque no sentía nada, solo lo sabía porque usaba tiras de test de ovulación mientras buscábamos el embarazado. Mi fase lútea solía ser larga antes de quedarme embarazada, y parece que sigue igual (si es que he ovulado, que como he dicho antes, yo creo que sí), pero a diferencia de mis ciclos habituales antes de concebir, esta vez no está siendo una regla dolorosa... Normalmente me dolía mucho, pero esta vez no me he enterado. Simplemente manché un poco las braguitas y estuve atenta. Fíjate si no me duele y no me entero de que la tengo que ayer salí de la ducha y aunque tenía una compresa preparada para ponerme se me olvidó... Dios mío! qué cabeza!!

Lo de que la regla pasaba a ser menos dolorosa sí que lo había leído en eresmama.com que me encanta como explica y habla de este tema: "También es probable que disminuyan los acostumbrados dolores menstruales en aquellas mujeres que los sufrían antes del parto".

Respecto al flujo no tengo nada raro que contar. El primer día manché un poquito y luego lo normal incluso tirando a poco. Y del color habitual del periodo, vamos, que en ningún momento me ha llevado a pensar que pudiera ser una hemorragia, sino casi lo contrario. Estoy en el tercer día de sangrado y ya es muy flojito. Seguro que no solo tendrán que regularse los ciclos, que eso ya lo veremos a medida que pasan las semanas, a ver cuánto tarda en venirme de nuevo, sino que también deberá de regularizarse la regla en sí. Pero todo esto no lo sabré hasta más adelante, cuando hayan pasado varios ciclos.

Editado: Al final han sido solo 3 días de regla: el primero de manchado y los otros dos con cantidad normal.

Revisión ginecológica
La última visita al ginecólogo la tuve a los 3 meses de dar a luz, o sea hace 10 meses, y me dijeron que volviera al año o si me volvía a quedar embarazada, así que ya puedo ir cogiendo cita para dentro de dos meses. Lo cierto es que me alegro de poder ir teniendo ya el periodo, porque si me miran con el ecógrafo podrá ver si he ovulado el ciclo anterior o si voy a ovular en breve, dependiendo del día del ciclo en el que me encuentre. Probablemente pida también una analítica para ver cómo ando de reserva ovárica, pues han pasado más de 2 años desde que me la hice, y aunque me salió todo bien en aquel momento, no soy una jovencita que digamos y a mi edad la reserva va cayendo en picado con el tiempo. Tanto mi chico como yo sabemos que si queremos otro bebé no podemos demorarnos demasiado, pero como ya he contado hay dos factores que he de tener en cuenta: que debería hacerme una mamografía este año, y para ello no debería estar embarazada, o si no tendría que hacérmela en el tercer trimestre de embarazo como la otra vez y no me apetece pasar por eso de nuevo, y el otro factor, algo menos importante, pero vital para sentirme bien, es intentar pasar algún tiempo sin lactar y sin estar embarazada, porque lo necesito para coger fuerzas y volver a reencontrarme conmigo misma y con mi cuerpo.

Y si aún sigo lactando cuando vaya al ginecólogo trataré de informarme sobre las posibilidades de hacer una mamografía en mi situación, pues aunque en su día me dijeron en el centro médico de fertilidad que debería estar 2 meses sin lactar antes de hacérmela, en las webs de apoyo a la lactancia he leído que se pueden hacer si se vacía bien el pecho antes, eso sí, teniendo en cuenta siempre que hay lactancia materna, pues el pecho difiere bastante.

Buscando la mujer que llevo dentro
Casi que hasta me atrevería a decir que me ha hecho sentir bien el volver a tener el periodo. No es que necesite tener la regla para sentirme mujer, pero el tenerla me ha recordado que lo soy. Que no solo he de vivir como una "vaca lechera" sino como una mujer, pues a veces, con la lactancia materna es algo que se me olvida. Entre el colecho y el tener al bebé todo el día encima, pocos ratos nos quedan a mi chico y a mi para estar a solas y juntitos. Además llega justo en una época en la que debería plantearme destetar a la pequeña para poder hacerme la mamografía del pecho y que si no lo he hecho aún es porque ella come más bien poco y no quiero destetarla para darle leche de fórmula, sino para que coma comida "de la vida real" como los demás. 

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domingo, 14 de enero de 2018

El primer cumpleaños: un cambio en todos los sentidos

Nuestra pequeña acaba de cumplir un año y hemos visto en ella un cambio tan grande como el que se produjo al cumplir 3 meses. Ahora camina, come mejor, juega más, llora menos e interactúa más con el medio que la rodea, incluso es más cariñosa. Parece que está dejando de ser bebé para convertirse en una niña.

Comida complementaria 
Desde hace varios meses, concretamente desde que E. tenía 5 meses, hemos estados intentando que comiera algo que no fuera  solo leche materna. Probamos con leche artificial, para que yo pudiera tener un respiro, ya que es muy demandante y quiere comer cada poco, pero nunca quiso beber del biberón y cuando llegaba a probar la leche de fórmula le daban arcadas y no bebía nada. Cuando tenía 6 meses probamos con papillas de cereales hechas con leche de fórmula e incluso a veces con leche materna mía, pero también fue imposible. Solo una vez llegó a comer "bien" y al cabo de una hora lo vomitó. A los 7-8 meses de esas se empezó a interesar por la zanahoria cocida, el pan y poco más pero nunca llegó a comer, solo a chupar. Pasaban el tiempo y su padre y yo nos íbamos desesperando. ¿Por qué todos los bebés comen bien de cuchara y la nuestra no? Pero a eso de los 10 meses comenzó a gustarle el arroz y el jamón cocido, que lo comía solo si yo se lo trituraba mucho con el cuchillo o a pellizcos con los dedos, pero siempre muy menudito. Estuvimos casi hasta el año intentando darle  más alimentos, mucha variedad de cosas, pero lo único que "conseguíamos" que comiese era el jamón y el arroz, y solo de noche. No comía ni las galletas especiales para bebé que se supone que deberían gustarle, ni papillas compradas, ni purés de fruta, ni plátano... Hasta que poco antes de su cumpleaños comenzó a comer el jamón a trozos más grandes, y dejó de hacerle ascos al pollo, la ternera, el pescado. se empezó a volver loca por el pan y el caqui, y bastantes alimentos más, incluso el yogurt. Así que podemos decir que lleva varios días que come cosas sólidas, y no solo por la noche, sino también a mediodía. Esperemos que no cambie, pues he leído a muchas madres lactantes quejarse de que sus hijos que comían de todo, dejaron de interesarse por la comida complementaria a partir del año y volvieron a ser "teta-adictos".

Cacas
La alimentación ha repercutido, evidentemente, en el contenido del pañal, jajaja. Ahora hace cacas cada dos días y le cuesta un poquitín más de esfuerzo porque ahora son pastosas. Además huelen fatal, tanto que a veces nos peleamos mi chico y yo por que sea el otro el que la cambie, cosa que no nos había sucedido hasta ahora. También ella ha notado el cambio, pues justo después de hacer caca se queja y se pone tontorrona, y es que la pastelada, permitidme la palabra, se le queda tan pegada al culete que es normal que esté incómoda.
Luego, a la hora de limpiarla hemos de ir ambos muchas veces para entretenerla para que no meta las manos en el pañal, ya que hace mucha cantidad y no se puede limpiar de una sola pasada.

Bebe agua
Se ve que también la comida sólida ha llevado a que demande beber más a menudo y yo, por no estar sacando el pecho todo el rato a lo largo de una comida, le doy agua de la taza con tetina, y qué bien la bebe, oye, da gusto con ella. Coge la taza con las dos manitas por las asas ella misma y la empina para chupar bien de la tetina y beber el agua que se le antoje.

Camina
E. lleva desde los 9 meses poniéndose en pie e intentando caminar. De hecho lo consiguió muy pronto, pero siempre agarrada a algo. Durante el último mes ha estado pidiéndonos que la acompañemos dándole la mano para caminar por todos lados, pero nunca se soltaba y cuando lo hacía solo daba 3 pasos antes de caer de culo al suelo. Pero tres días antes de su cumpleaños se puso a caminar ella solita y desde entonces ya solo piensa en estar de pie y hacerlo por casa y en cualquier lugar. Sigue gateando, pero solo si tiene mucha prisa, o si ya está en el suelo sentada, por comodidad.

Da abrazos y besos
Desde hace varios meses hemos estado intentando que aprenda a tirar besitos con la mano, y aunque lleva ya tiempo sabiendo decir adiós, hasta ahora no se había lanzado a tirar besos. Tanto es así que ahora no solo los tira con la mano sino que a nosotros nos los da en la cara, incluso hace un par de días comenzó a hacerlos sonoros.
De todas formas mi chico y yo siempre pensábamos que sería una niña fría y bastante distante, porque nunca nos hacía arrumacos, o incluso nos apartaba cunado nosotros íbamos a darle besitos. Pero... afortunadamente eso también ha cambiado. Ahora cada noche, y en algunos momentos a lo largo del día, nos sorprende con caricias y besos. Mete su cabecita en nuestro cuello o se acurruca en nuestro regazo cuando está cerca de nosotros. Se está convirtiendo en una niña muy cariñosa. 

No llora con los extraños
E. es muy sociable y siempre lo ha sido. Le encanta que la gente le diga cosas y siempre está pendiente la gente que la rodea para provocarles y que le hablen, pero de vez en cuando hay quien no le "cae bien" y se pone a llorar como una loca al ver a esa persona. Algún amigo de mi chico y alguna amiga mía han producido ese efecto aterrador en ella. No obstante, de un tiempo corto a esta parte ya no le pasa y a todas esas personas que al parecer estaban en su "lista negra" sin razón alguna, les da una oportunidad. Simplemente les observa, desconfiada al principio sí, pero como ya no se atreven a decirle nada, E. comienza a provocarles con risitas y miradas.No deja que se acerquen demasiado, pero no llora al verlos.

Presta atención a los dibujos animados
Intentamos que no vea la tablet o el móvil, pero a veces no nos queda más remedio, ya sea porque esté cansada y aún no pueda darle el pecho, ya sea porque se aburre con los juguetes y empieza a gritar y hay gente delante o estamos fuera de casa. De todas formas, cuando recurríamos a los dibujos animados con la tele nunca les prestaba la debida atención. La tele le producía curiosidad por sus luces y colores pero en lo que estaba pensando siempre era en ir gateando hacia ella para verla de cerca. Ahora no, ahora si le ponemos dibujos animados y la dejamos sentada en el sofá, allí se queda. Incluso hemos visto cómo ella misma se sienta en el suelo a una distancia prudencial de la tele y la observa de otra manera, prestando más atención a lo que pasa en la pantalla y no solo al juego de luces que hace.

Se viste y desviste
A poco de cumplir el año nos dimos cuenta de que E. comenzaba a poner de su parte para vestirse. Cuando le ponemos un body o una camiseta es ella la que hace por meter los brazos en las mangas sin decirle nada. A la hora de desvestirse es más evidente, pues es capaz de sacarse una chaqueta ella sola, y los bodys y camisetas intenta sacarlos por la cabeza. Eso sí, cuando le ponemos leotardos o pantalones nos lo pone algo más difícil, pero con el calzado ya está dejando de hacer la garra con los dedos y es más fácil calzarle.

Nos imita
Pone más intención que nunca en imitar nuestros gestos faciales y los ruidos que podamos hacer con la boca o las manos. Ahora que sabe aplaudir intenta hacerlo al ritmo que nosotros le impongamos. Fracasa siempre en hacerlo como nosotros, pero lo intenta. Lo mismo sucede cuando jugamos a soplar, silbar, o a hacer pedorretas con la boca. Ella lo imita, aunque en estos casos le sale a las mil maravillas. Incluso ha comenzado hace una semana a hacer pedorretas en nuestras barrigas como ve que nosotros le hacemos a ella al cambiarle a veces el pañal. Sube las manos si ve que nosotros las subimos, intenta vocalizar a veces lo mismo que nosotros le decimos, aunque con poco éxito, ya que aún le falta mucho para poder hablar bien, pero ya es capaz de copiar la intención de nuestras palabras por ejemplo al decirle que algo no se hace, pues E. coge algo, lo tira al suelo e inmediatamente mueve el dedo de lado a lado diciendo "na, na, na", jajaja.

Suponemos y esperamos que a partir de ahora vayamos viendo cambios más grandes en E. y en su comportamiento, aunque nos da un poco de penita ver qué rápido ha pasado su primer año y cómo nuestro bebé tierno y tranquilo se está convirtiendo en una niña que solo quiere corretear, salir con chicos, irse de casa.... Vale, vale, me estoy excediendo, jajaja, pero es que crece tan deprisa...


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viernes, 12 de enero de 2018

Los juegos a la edad de un año: mejor con otros niños.

A medida que nuestro bebé crece va poniendo más interés en las cosas que le rodean, pero cuando de verdad despierta su ánimo de jugar es cuando se encuentra con otros niños.



Nuestra pequeña tiene ya un año, pero le cuesta ponerse a jugar sola. No quiere otra cosa que estar con papá, mamá o alguna de sus abuelas. Le gusta que le hablen y le digan cosas, y ella intenta contestar a su manera. Pero lo que más le atrae es interactuar con otros niños, de su edad o mayores. Si ve alguno en alguna tienda o restaurante se queda fija, parada frente a él y sonriendo a la espera de que le digan algo. Eso sí, cuando hay juguetes de por medio no tiene otro afán que conseguir aquella pieza que tenga el otro niño en la mano, aunque esto suele ser recíproco, y si el otro niño es también pequeño, entonces pueden estarse quitando juguetes el uno al otro continuamente. Y aunque la interacción al jugar no va más allá, no se hablan ni miran mucho, permanecen sentados en el suelo frente a los juguetes durante mucho más tiempo que si estuvieran solos o con un adulto. Cuando el niño con el que está es algo mayor que ella presta mucha más atención al juego porque es el niño mayor el que le incita a jugar, pues ya habla y se expresa y eso a ella le encanta: "vamos a mirar este cuento", "mira este coche cómo rueda", "coge la pelota"... Es como si jugara con uno de nosotros pero se le nota que le gusta más hacerlo con una persona más bajita, como ella.

Contacto físico:
Si un adulto le pide la manita siempre duda, incluso con nosotros, sus padres, pero si es otro niño el que se la pide se la da inmediatamente sin rechistar. 


También pasa si un adulto le pide un beso. Puede que se lo "tire" con la manita, o bien directamente vuelva la cabeza, pero si es un niño se lo tira o va a dárselo en la cara. De hecho a la edad de un año aún no se reconoce a ella misma en el espejo, pero no duda en darse besitos continuamente.



Juguetes:
También nos hemos dado cuenta de que hay juguetes que ella no "sabe" usar o que en principio no llaman su atención. En cambio, cuando otro niño se pone a jugar con sus juguetes consigue que ella se fije en ellos y a partir de entonces no solo le interesne sino que empiece a jugar con alguno a solas. Esto nos ha pasado por ejemplo con un teclado de música que tenía desde los 6 meses y al cual no le tocó ni una sola tecla hasta que no vio a otra niña 4 meses mayor que ella hacerlo. Desde entonces aprieta todos los botones y teclas que pilla por delante (de otros juguetes, teclado del ordenador, mando a distancia...). También pudimos observar que la otra niña, aunque sabía caminar, no sabía gatear, pero desde aquel momento, al ver cómo lo hacía nuestra hija, también ella comenzó a hacerlo. Y es que aprenden mucho más observando lo que hace la gente menuda como ellos que cuando nosotros pretendemos enseñarles directamente.
Creo que nuestra pequeña nunca ha llegado a tener un juguete favorito. Eso va por temporadas, y además cortas. Una semana le da por jugar con algún juguete musical, otra semana le da por jugar con una pieza de un juguete de construcción, o un sonajero... Eso sí, nunca le da por jugar con peluches y auqnue intentemos "darles vida" para que interactúe con ellos, normalmente los rechaza y tira al suelo. No sabemos por qué... ¿?



Libros y cuentos:
Algo que le encanta desde bien pequeña es pasar páginas. Al principio creíamos que sería una bruta y comenzamos a comprarle algunos libros de cartón grueso, que parece que eran más robustos y soportarían los golpes y tirones de la pequeña salvaje que tenemos por hija, jajaja. Pero al ir creciendo ha ido cambiando su forma de tratar las cosas y comienza a ser algo más delicada, así que viendo que los folletos de publicidad que le dábamos para destrozar ya no los rompía "tanto" le compramos algún cuento de páginas plastificadas. Pues oye, ahora son sus preferidos, porque puede manosear mejor las hojas y pasarlas ella misma. Y cuando le da un arrebato de brutota solo consigue arrugar las páginas pero no romperlas.
El único juego que es capaz de aguantar sola durante bastante rato es el de coger sus cuentos y ojearlos, y dejamos que saque todos los que quiera, sobre todo antes de ir a dormir, a la vez que su padre le lee alguno de ellos. Le hemos colocado una caja con todos los cuentos que tiene de forma que pueda acceder a ellos desde la cuna (recordemos que en la cuna solo se duerme siestas, pues aún colecha con nosotros porque sigo dándelo el pecho de noche). Ella los va sacando uno a uno, y los va ojeando (es una superdotada, en 10 segundos acaba con cada cuento.... jajaja). Nos encanta escuchar cómo habla cuando los mira y a veces nos los da a nosotros para que le contemos cosas sobre los dibujos que se ven. Esto está ayudando también a que aprenda conceptos y a reconocer determinadas cosas en los dibujos como el gatito, la vaca, el coche, los calcetines... Y aprovechamos a enseñarle el ruido de los animales o de las cosas, cosa que a ella le divierte mucho y poco a poco va intentando imitar de nosotros.



Las cosas de casa:
Desde que gatea, y más ahora que camina, le da por investigar cada rincón de casa, y es posible que esta sea la razón por la que no juega demasiado con sus juguetes. Prefiere abrir cajones (los que dejamos que pueda abrir, los peligrosos los tenemos con un seguro), coger la ropa, los libros de la estantería, las pinzas de la ropa, los tetrabricks y botellas de plástico, los imanes de la nevera... Casi cualquier cosa le distrae e interesa mucho más que los juguetes de plástico. Está en una época de investigar el mundo y dejamos que lo haga, pero con mucho cuidado manteniéndola siempre bajo nuestra mirada, con los enchufes protegidos, los armarios anclados a la pared...



Juegos al aire libre:
De momento es muy pequeña y solo ha probado los columpios y el tobogán pequeño cuando a penas sabía caminar. Ahora hace mucho frío y los parques están mojados, así que no sabemos si sabiendo caminar nos pedirá ir a más sitios en la calle para jugar, pero imagino que pronto eche a correr detrás de otros niños que estén jugando con la pelota, o se distraiga arrancando hierbas de los jardines o ya veremos qué.

Guardería:
Nuestra hija no va a la guardería y nunca ha ido pero sí que puedo dar mi opinión, la que tengo en principio como todo padre primerizo que se plantea si llevar o no a su hijo a una guardería. Por suerte puedo estar con mi hija todo el día y a veces alguna de sus abuelas, pero en mi opinión no es tan necesario como intentan hacernos creer a veces diciendo que es bueno que los niños vayan a las guarderías para que se relacionen con otros niños. Basta con bajarles al parque o invitar a casa a sus primitos o hijos de amistades nuestras (cuando los hay). Recordemos que las guarderías se inventaron por la necesidad de dejar a los niños con alguien especializado para cuidarlos cuando los padres deban ausentarse durante unas horas y cuando coger una niñera sale más caro de lo que podemos o estamos dispuestos a pagar. No nos engañemos, los niños donde mejor están es en su casa o jugando en la calle y no en un recinto encerrados, aunque sea con otros niños. Eso no les hará más listos, ni más sociables, ni más espabilados, a lo sumo para lo que sirven es para el beneficio de los padres, porque no puedan ocuparse de sus hijos por trabajo o porque deseen tener algún rato libre para ellos. Pero de esto me gustaría hablar en otro post.


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miércoles, 10 de enero de 2018

Comparativa de pañales: Dodot-Deliplus-Moltex-Carrefour-Aldi

Probablemente la talla 3 de pañales sea la más usada durante el primer año de vida de un bebé, y eso da mucho tiempo para comparar distintas marcas y elegir la que más nos gusta. Nosotros hemos probado 5 marcas hasta ahora: Dodot, Deliplus, Aldi, Moltex y Carrefour, y hemos visto muchas y grandes diferencias entre ellas.

Por delante

En nuestro caso, la pequeña de la casa acaba de cumplir un año y vamos a pasarle a la talla 4 en cuanto terminemos los pañales que nos quedan de la 3 y nos hemos decantado por seguir usando los de Dodot y los de Deliplus. ¿Por qué los otros no? Pues a eso voy. 

TALLAS 1 Y 2

Antes de nacer mi hija me había informado en foros sobre cuales eran los mejores pañales según relación calidad/precio, y una de las diferencias que encontré es que unos son mejores para niñas y otros para niños. Dentro de los que veía que se recomendaban para niñas elegí tres marcas: Dodot, Deliplus (de supermercado Mercadona) y Carrefour. Comenzamos usando los Sensitive de Dodot de talla 1 y los de Deliplus, y he de decir que son similares. Ambos tienen la rayita que pasa de color amarilla a verde cuando el pañal está mojado y que es muy útil para no tener que andar mirando continuamente al bebé dentro del pañal y molestándole tan chiquitín, ya que olerlo no sirve de nada porque ni la caca ni el pis huelen a nada (al menos en nuestro caso, no sé si porque era lactancia materna...). Luego para la talla 2 seguimos usando tanto Dodot como Deliplus, pero queríamos probar la de Carrefour ya que era muy barata y habíamos leído buenas críticas: error! Como te acostumbres al tacto de los pañales de Dodot, los de Carrefour te parecen puro plástico. Además no son blanditos, sino que quedan como un cartón, haciendo que tu bebé luzca un hermoso culito cuadrado. Pero lo que nos hizo no volver a usar este pañal es que casi no tiene zona absorbente por la parte de atrás, y claro, cuando el bebé se hace caca se sale todo.

TALLA 3 

Cuando la peque pasó a usar la talla 3 probamos con otras dos marcas más: Moltex Premium y Angelito de los supermercados Aldi. La primera la compramos porque estaba de oferta, pero hemos tenido que esperar varios meses para poderla usar, pues se trata de una talla 3 muy muy grande. La segunda la compramos por recomendación de una amiga, porque decía que se parecía mucho a la de Dodot... Y bueno, sí y no. Sí porque el tacto del material es similar, pero no porque en tema de tamaño y absorción deja un poco que desear.

Por detrás

Tal y como se puede ver en las fotos anteriores los pañales de Dodot y de Aldi son más pequeños que los de Deliplus y Moltex, pero a continuación se ven mejor.

Altura y anchura de los pañales

Altura (flecha roja: los más pequeños, flecha azul: los más grandes)

Anchura  (flecha roja: los más pequeños, flecha azul: los más grandes)
El pañal más pequeño de los cuatro resulta ser el de Aldi, y el más grande el de Moltex. Además la forma de cada uno entre las piernas es muy diferente y por lo tanto también la retención del pis o la caca en los bordes. Los tubos absorbentes del Dodot hacen que este sea el que mejor retiene el pis y durante más horas dejando sequito el culito del bebé. Por otra parte, el volante tan grande que lleva el de Deliplus evita que los bobdies se ensucien con la caca que puede escaparse por ahí con los movimientos del bebé. Eso sí, lo del volante funciona siempre y cuando nos acordemos de sacarlo hacia fuera y colocarlo bien. Los de Aldi  tienen una forma tan colgona que se convierte en un pañal verdaderamente pequeño.


Cintas adhesivas
(flecha roja: las más pequeños, flecha azul: las más grandes)
Cintura del pañal

Por otra parte, el frunce especial que llevan en la espalda los de Deliplus consiguen que se ajuste mejor a la cintura y así evitar en gran medida el efecto "caca trepadora" que son aquellas que por su cantidad y densidad más bien líquida acaban saliéndose del pañal hacia arriba manchando toda la espalda del bebé. Esto pasa sobre todo cuando los bebés ya se mantienen sentados y hacen sus cacas en esta posición, pues además es cuando empiezan a moverse más.

Respecto a  las cintas de pegar en la cintura he de decir que las que más nos gustan son las que son más cortas, como Dodot y Aldi, porque nuestra niña es más bien delgadita y las que son tan largas se le montan delante. Además con Deliplus tuvimos un problema con un paquete entero en que las cintas adhesivas venían tan pegadas que al abrirlas para poner el pañal este se rompía. Pero solo ha sido un lote, así que eso no influirá para que sigamos comprándolos. La absorción de pis es mucho mayor en el de Dodot como muchos saben, pero respecto a la caca, es lo mismo en todos... Lo importante es que no se salga la caca por los bordes de las piernas o por la cintura, pues en cuanto un bebé de más de 6 meses se hace caca te enteras al momento (huele mal, el bebé hace más esfuerzo y va con ruido...) y por lo tanto hay que cambiarlo inmediatamente.

Talla 3 vs. peso del bebé

Dodot (paquete azul): 5 - 10 kg
Angelito (Aldi): 4 - 9 kg
Deliplus (Mercadona): 4 - 10 kg
Moltex Premium: 4 - 10kg

Teniendo en cuenta que mi hija pesa ahora 8kg y mide 74cm y va a pasar ya a la talla 4, me atrevo a decir que Dodot talla pequeño y posiblemente se puedan usar antes de los 5 kg y veo difícil que un bebé de 10kg los pueda usar. Los de Aldi están bastante bien tallados, pero si los usa un bebé de 9kg este ha de ser regordete y no muy largo. Los de Deliplus están bastante bien tallados, pues para un bebé largo pueden valer, y en ese caso puede pesar fácilmente los 10kg, pero los Moltex no creo que le valgan a un bebé de 4kg como dicen, ni de broma, pues son enormes, a no ser que se tratara de un bebé muy gordo.

Pero como hay bebés de todo tipo de percentiles tanto de peso como de estatura, está bien que haya gran diversidad de pañales de todos los tamaños y formas.

CONCLUSIONES

De peor a mejor, según calidad/precio y nuestros gustos:

Carrefour Baby: Baratos pero malos.
No volveremos a usarlos porque no nos ha gustado el material (demasiado plasticoso y acartonado) ni tampoco el que tenga una zona de absorción tan pequeña por la zona del culete.
0.12 - 0.14€/ud (enero 2018)

Moltex Premium: Caros y regurales.
Son enormes. Casi me atrevería a decir que una talla 3 corresponde a una 4 de Dodot, así que la peque comienza a usarlos ahora. No están mal de absorción para el día a día cuando hay que hacer cambios frecuentes de pañal pero me parecen incómodos a la hora de ajustarlos a un bebé de percentil bajo porque son demasiado anchos. El tacto es mucho mejor que los de Carrefour, pero tampoco tienen una zona de absorción amplia y termina muy pronto en la zona del culete. Cuando los terminemos no volveremos a comprar más, pues encima tampoco son de los más baratos y por el precio que tienen preferimos Dodot.
0.18 - 0.20€/ud (enero 2018)

Angelito (Aldi): Baratos y aceptables.
Son muy pequeños así que solo los recomendaría cuando se vaya a hacer cambio de talla. Por ejemplo nuestra hija pasará ahora a una talla 4 y es posible que algunas marcas le queden bastante holgadas, así que es buena opción pasar primero a la talla 4 de Aldi que seguro que es más ajustadita. Están bien de absorción para pis cuando hay que hacer varios cambios de pañal en el día, pero son muy bajos de cintura y la caca se puede salir fácilmente por delante o por detrás.
0.12€/ud (enero 2018)

Deliplus (Mercadona): Baratos y buenos.
Son los de marca blanca que más nos han gustado hasta ahora. Absorben bien y sobre todo retienen muy bien tanto pis como caca evitando que se salga del pañal y manche la ropita del bebé. La pega? que posiblemente sean los más caros que hay de marca blanca. Pero seguiremos comprándolos.
0.13 - 0.14€/ud (enero 2018)

Dodot etapas (paquete azul): Caros pero muy buenos.
Sin duda son nuestros preferidos. Son los que usa la pequeña cada noche y cuando viaja en coche por su buena absorción, tacto, comodidad (no cuelgan y mantienen el culito seco mucho tiempo). La pega es su precio, por eso usamos otros de marca blanca en el resto de ocasiones. Estamos pensando en probar los Activity ya que la niña ya camina y se mueve mucho, pero son más caros que los del paquete azul... Ya veremos.
0.20-0.22€/ud (enero 2018)


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martes, 2 de enero de 2018

Me pongo de parto (4ta parte): Expulsión de placenta y observación

En cuanto nació nuestra pequeña la pusieron encima de mi barriga. Nos dejaron esperar tres minutos antes de cortar el cordón umbilical, así se benefició de todo el hierro y propiedades que conlleva el pinzamiento tardío del mismo. Pero después, durante esas dos horas que estuvimos en la sala de observación, pasaban los minutos y nadie venía a ayudarme a ponerla al pecho.

Nació sin lágrimas:

Ni la pequeña lloró a penas al nacer, ni nosotros mismos al verla. Yo miraba a mi chico para ver su emoción en el rostro, pero aunque sonreía no soltó ni una lagrimilla como nos habían comentado que solía pasar en estos casos, que los padres se dejan llevar y parecen niños abriendo un regalo de navidad. Pero es que yo tampoco lloré. Estábamos muy ilusionados, pero no nos dio por llorar. Puede que al personal que estaba allí le pareciéramos un par de sosos, jajaja, pero bueno, yo creo que nos podía más el miedo que otra cosa. Habíamos leído tantas cosas sobre lo importante que son las primeras horas del bebé... además de "peligrosas" y en las que podía pasar cualquier cosa... que no nos dejamos llevar del todo.

Nos habían tapado a las dos con una toalla calentita y casi no se la veía. Yo estaba pendiente solo de sentirla respirar, sujetarla bien contra mi y parar el tiempo. 

Expulsión de la placenta:

Debieron de pasar los 3 o 4 minutos desde que nació hasta que cortaron el cordón umbilical, pero no recuerdo verlo, y mi chico dice que tampoco. Lo que sí que recuerdo muy bien es cuando el ginecólogo me empezó a hurgar y revisar los genitales.

Tenía yo a mi bebé bien sujeto sobre mi barriga cuando el ginecólogo sacó la placenta, pero creo que no fue fácil. En la realidad no sé lo que se suele tardar en sacarla pero en mi caso me hizo hasta daño. No me pidieron que empujara ni nada, supongo que fuera porque al estar con la epidural no serviría de nada. Creo que el ginecólogo metió completamente la mano hasta la matriz y con la otra mano se apoyó en la parte superior de mi barriga y empezó a apretarme. Me daba la impresión de que lo hacía para que se desprendiese la placenta, pero nadie me lo explicó y yo no pregunté, de lo que me arrepiento ahora. Yo solo pensaba en proteger a mi pequeña recién nacida de aquella mano que apretaba muy cerca de ella. Me daba miedo que le pillara una mano o una pierna y se la rompiera, pues a mi me estaba calcando tanto sobre la barriga que me hacía mucho daño.

Al rato, el ginecólogo se quedó sentado tranquilamente frente a mis piernas para coserme los desgarros que tuve, pero parecía relajado, como si estuviera haciendo ganchillo. Solo le faltaba tararear una cancioncilla.
Se me hizo bastante largo y eso que solo me puso un punto exterior y luego un par de ellos a cada lado por dentro. No hizo falta episiotomía y según la matrona a penas había rasgado. No sé si tuvo que ver el masaje perineal que me fui haciendo las semanas anteriores, o el que el ginecólogo me fue raayudando con los dedos dando elasticidad a la entrada de la vagina durante el parto.

Atienden al bebé:

Me cogen al bebé para pesarlo (2850g) y echarle un vistazo. Está perfectamente, tiene buen color, respira bien. Parece que solo quiere dormir. A penas se le oye algún quejido. Le ponen un pañal e inmediatamente se lo pasan a mi chico, creo que para terminar de coserme, ponerme de nuevo el camisón y para pasarme a la cama. Era verdad cuando decían que en este hospital dejan que los bebés estén con sus padres y no se los llevan lejos, a no ser que haya algún problema, supongo. Pero nosotros no la perdimos de vista en ningún momento.

Se despide de nosotros la matrona que me ha estado atendiendo toda la noche y en el parto. Ya son las 8:30 de la mañana.

Permanecemos en observación:

Dicen que son muy importantes las siguientes dos horas después de dar a luz, sobre todo para la madre, porque en ese tiempo es cuando pueden aparecer hemorragias o problemas. Así que me vuelven a poner a mi niña conmigo en la cama, esta vez a mi lado (sigo sin poder verle la carita bien) y nos llevan a la sala de dilatación. Nos quedamos los tres, porque mi chico está con nosotras en todo momento, en aquel pequeño cuartito y nos dejan tranquilos. Es entonces cuando empezamos a disfrutar de verdad de todo lo que ha sucedido, y podemos comentar tranquilamente entre nosotros cómo lo ha vivido cada uno. Estoy muy tranquila, feliz, y no me siento cansada. Siento las piernas. Lo único que me duele es la espalda, resultado del catéter de la epidural que me ha hecho daño en la zona.

Pero no estoy del todo relajada, hay algo que poco a poco me va poniendo nerviosa y es el hecho de que pasan los minutos y nadie viene a ayudarme y enseñarme a poner al bebé al pecho. Tenía entendido que lo ideal es intentar que el bebé se enganche nada más nacer y tenía miedo de que la lactancia no funcionara por culpa de que estaba pasando el tiempo y yo sola no podía hacerlo, y claro, mi chico tampoco sabía. Éramos dos primerizos. Ella parece dormidina, y no quiero moverla mucho para no despertarla, incomodarla y hacer que llore.

Pasa una hora al menos hasta que aparece una mujer, que no sé si es una auxiliar o una matrona, para preguntarnos qué tal estamos y aprovecho para mencionarle lo de comenzar con la lactancia materna, así que en aquel mismo momento me la coloca al pecho. Parecía dormida, pero se agarró muy bien desde el principio. Qué alegría! Espero que todo funcione como espero y poder darle el pecho al pecho sin problemas.

Solo mama un poquito y sigue durmiendo. Ahora mi miedo es que tenga suficientes fuerzas como para mamar adecuadamente. Yo por mi parte la voy a poner al pecho cada dos por tres para facilitar que me suba la leche y cerciorarme de que se va tomando todo el calostro.

Pasadas las dos horas de observación nos suben a la habitación pero he de decir que no recuerdo en absoluto aquel trayecto. No recuerdo ver los pasillos, no recuerdo el ascensor, y no recuerdo entrar en la habitación. Ya solo tenía ojos para mi niña.


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