jueves, 26 de octubre de 2017

Mes 8. Mamografía en la semana 32 de embarazo

Comienzo el octavo mes de embarazo y se me arremolinan los sentimientos. Pero sobre todo tengo miedo. Mucho miedo por no saber qué noticia me darán cuando me haga la mamografía. Miedo por dudar si estoy haciendo bien o debía haber esperado a que el bebé naciera para hacérmela... Temor a que me digan que tengo cáncer de mama y hayan de adelantarme el parto.


Semana 32 (primer embarazo)


Antes de la mamografía: Espero que el día de hoy no me quede en la memoria, no quiero que sea un día especial para recordar, porque si es así todo indica que me habrán dado una mala noticia en la clínica. También me preocupa que el personal no esté preparado con un peto especial para mi barriga, quiero proteger al feto aunque me digan que a estas alturas del embarazo casi no existe riesgo al radiarle.

Me preocupa que no baste con hacerme la prueba una vez y deban repetirla como en la otra ocasión. Me preocupa que quieran hacerme una ecografía de mama y una biopsia para descartar o confirmar. Me preocupa que al final de este día todas las preocupaciones hayan cobrado sentido y el diagnóstico sea cáncer de mama.

No solo quiero estar sana como cualquier persona, y no tener cáncer de mama como desearía cualquier mujer. Quiero estar sana para cuidar de mi niña, para verla crecer, para ser yo la que la mime y no ella la que en un futuro tenga que sufrir por mi. Desearía que todo esto quedase en una anécdota.

Y aunque el cáncer en mi familia no tuviera nada que ver con mis microcalcificaciones en el pecho, el miedo es muy grande, el pesimismo intenta apoderarse de mi, y sufro por adelantado lo que no sé si merezco sufrir.

Todo el mundo me tiene por una persona fuerte, que sabe tomar decisiones, que sabe afrontar retos, que sabe adaptarse. Pero con "esto" no estoy segura de poder cumplir con las espectativas de los que me quieren y temo derrumbarme antes de tiempo. Ahora más que nunca este bebé que espero es mi apoyo, mi razón de vivir, mi mayor ilusión.

Quiero vivir por mi bebé. No quiero fallarle.


Mamografía: Llegué a la clínica, y cuando fui a recepción para decir que ya estaba allí pregunté por el peto especial para hacer radiografías a embarazadas, que es una protección para que no pasen radiaciones a la barriga. Me dijeron que se suponía que ya estaba preparado, pero claro, yo tenía la duda, y creo que eso me ponía más nerviosa. Si algo tenía claro es que por mucho que me dijeran que a estas alturas del embarazo el feto no corre ningún riesgo, no me haría la mamografía sin protección. Estaba dispuesta a pedir que entrara mi chico conmigo y me sujetara alrededor de la barriga un peto de los normales, de los que tienen forma de chaleco. Lo que fuera con tal de proteger lo máximo posible al bebé.

Cuando me llamaron para pasar, la enfermera me miró con cara sorprendida y en voz muy bajita me preguntó que cómo me habían hecho ir estando embarazada a hacerme una mamografía, por si se habían confundido. Yo le expliqué que no, que todo estaba bien. Había de ser una mamografía unilateral, es decir, solo del pecho del que me habían encontrado microcalcificaciones. También le expliqué que en la realidad esa mamografía la había tenido que atrasar por haberme quedado embarazada, que en la realidad tenía que haberla hecho cinco meses antes porque había antecedentes de cáncer de mama en mi familia y por eso no me recomendaban esperar a terminar el embarazo para hacerla. Así que allí estaba.

No recuerdo el nombre de aquella mujer, pero le estoy muy agradecida por cómo se portó conmigo. Me trató como desearíamos que nos trataran a todas cuando vamos a hacernos pruebas de este tipo, que aunque no tengamos indicios de nada, siempre hay un temor dentro de nosotras que solo se esfuma cuando nos dicen que no han visto nada malo. Esta mujer se encargó de ir a buscar personalmente el peto para la barriga, pues no, no estaba preparado. La verdad que yo me lo imaginaba más grande. Era una especie de delantal que pesaba bastante y se ataba por debajo del pecho. No es que yo tenga mucha barriga, y aún así me pareció bastante pequeño. Creo que se notaba que estaba nerviosa, pues al atarme ese delantal me dijo que no me preocupara, que de todas formas la máquina era de las más modernas y seguras, que no emitía radiación residual por abajo, ya que la plataforma que queda horizontal por debajo del pecho sirve también de protección.

Yo tenía claro que debía hacerme la mamografía, que el feto ya estaba crecido y en buen estado, y ahora sí con el peto de protección, así que adelante. 

No me quiso enviar a la sala de espera a que me dieran los resultados como suelen hacer. Me dijo que me fuera vistiendo pero que esperara allí mismo por si había que repetirla, y así hacerla rápidamente en el momento. Pues bien, me quedé un minuto esperando en aquel taburete, en aquel vestidor de un metro cuadrado que para mí era como un zulo y sentía como si pasaran las horas mientras esperaba. Pensaba de todo. Todo lo peor se me pasaba por la cabeza e intentaba pensar en poder afrontarlo. La mujer llegó después de que el radiólogo le echara un primer vistazo a la placa, y me dijo que ya podía ir a la sala de espera, que en unos minutos me darían el informe, que no sería necesario repetirla. Pero antes de marcharme me susurró:

"Yo no soy quien debería decirte esto, pero que sepas que no ha cambiado la imagen desde la última vez, así que se ve todo bien. Puedes estar tranquila."

Dios mío, cómo me sentí! No tenía cáncer, y tenía un bebé sano gestándose dentro de mi. No podía ser más feliz!! Claro que rompí a llorar, y me abracé a ella, como no podía ser de otra forma. Lo necesitaba. Eran lágrimas de alegría!

Salí con los ojos enrojecidos y aún con alguna lagrimilla en ellos y fui con paso firme y seguro hacia donde estaba mi chico. El pobre me miraba con cara de sufrimiento, seguro que también se le hizo eterna la espera, pero le esbocé una sonrisa, y le dije que todo estaba bien. Le conté lo que me dijo la enfermera y me abrazó. Al cabo de unos minutos nos dieron los resultados, que leímos entre los dos detenidamente para comprobar que era cierto lo que me habían dicho. Luego tenía cita con una ginecóloga experta en el tema para evaluar los datos del informe y compararlos con los anteriores de mi expediente. Nos enseñó en el ordenador las microcalcificaciones. Hay que decir que se veían al borde de la imagen, por lo que no sabemos si pudieron recogerlas todas en la mamografía, pero estaba claro que no se habían reagrupado ni aparecían en mayor número que en la mamografía de hacía 8 meses. 

Ya ha pasado todo, el sufrimiento principal de estos últimos meses  lo podía dejar de lado y comenzar a disfrutar de mi embarazo, al menos psicológicamente, pues cada día me he estado levantando con un rum-rum en la cabeza advirtiéndome de que el día de hoy podían darme una mala noticia.

Mi diagnóstico ahora es:
Mama izquierda densa (paciente gestante), sin signos radiológicos de alerta actuales.
Grupo de microcalcificaciones sin cambios.
Bi-rads mamográfico 2: Hallazgos benignos.



En las imágenes no se ve muy bien, vamos, que hay que ser bastante experto, pero allí en el ordenador pudimos visualizar algún puntito más blanco de lo normal correspondiente a las microcalcificaciones.

Próxima mamografía: Estoy muy feliz, pero estas microcalcificaciones tengo que seguir controlándomelas en el futuro. Yo quiero darle el pecho a mi hija, al menos un año, y después todo lo que pueda. Me han dicho que no hay problema, pero que no podré hacerme la mamografía mientras siga dando el pecho porque no podrían ver nada, ya que la mama cambia mucho y que para cuando quiera hacerme una mamografía de nuevo debería haber estado al menos 2 meses sin dar el pecho, o sea, sin leche. Espero que la lactancia se me de bien, si no, pues volveré en un año a hacerme la revisión. Y en caso de que mi bebé se prenda bien al pecho y nos vaya bien, ya veré, porque no sé si plantearme el destetar al año para poder hacerme un control del pecho o esperar más tiempo, a que sea el bebé el que se destete, ya que la OMS recomiendan 2 años de lactancia materna. Qué dilema!! Supongo que dentro de un año sabré ya qué quiero hacer.


Estos son los post donde cuento cómo me encontraron las microcalcificaciones:
Mamografía antes del embarazo
y de cuando tuve que decidir si hacerme la mamografía estando embarazada o no:
Mes 4. Segunda ecografía. Rosácea gestacional. Mamografía en el embarazo.

2 comentarios:

  1. Super bien escrito, desde el primer momento haces que nos sintamos a tu lado en todo el proceso del diagnostico. ¡Hurra!
    http://zapatitosparabebes.com

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias. En los post intento contar las cosas dejando los sentimientos a parte, pero en esta ocasión era imposible. Un saludo.

      Eliminar