lunes, 11 de junio de 2018

Sangre en la cuna

Hace mucho tiempo que no conseguimos que E. duerma en su cuna, ni un ratito siquiera, así que ya nos hemos acostumbrado a dormir los 3 juntos en la cama de matrimonio, incluso para la siesta. De hecho hemos colocado una barrera de cama en ella para cuando la pequeña se queda sola.

Pero esta mañana ha sucedido algo diferente. Mi marido le ha cambiado el pañal como cada día antes de irse a trabajar, pero en lugar de traérmela de nuevo conmigo a la cama ha intentado dejarla en su cuna para que yo descansara al menos durante un par de horas (esto es porque llevamos unas semanas en que la niña pide teta cada hora u hora y media más o menos y yo no duermo lo suficiente) y lo ha conseguido! Ha venido todo orgulloso a decirme que descanse y no me preocupe por nuestra hija, pues había quedado dormida plácidamente en su cuna después de tanto tiempo.

La pega es que, aunque tenía el intercomunicador puesto, yo no he podido pegar ojo y me he quedado en la cama pero sin dormir, mirando el móvil, pensando en mis cosas de mamá y ama de casa... La niña ha estado durmiendo dos horas seguidas ella solita en su dormitorio y durante ese tiempo solo la he escuchado algún gemidito típico de cuando cambia de postura.

Entonces a eso de las 9 sí que he escuchado que se había despertado de verdad. No se ha puesto a llorar al verse sola en la cuna pero se ha quejado un poco, como suele hacer al despertarse de mal humor. Inmediatamente me he levantado para ir a por ella y traérmela conmigo a la cama y darle de mamar. Me estaba esperando de pie agarrada al borde de la cuna con ojos dormilones. Es maravilloso ver cómo puedes reconfortar a tu bebé cuando te reclama. Así que la he cogido en mis brazos, la he achuchado un poco y después de unos besos ya la tenía en mi regazo, conmigo en la cama.

La he metido bien pegadita a mi bajo las sábanas y se ha puesto a mamar inmediatamente. Así ha estado algo más de media hora hasta que se ha soltado para darse la vuelta y seguir durmiendo. Entonces pensé que sería bueno levantarme yo y empezar a recoger un poco, pues estaba claro que si no había dormido durante las últimas dos horas, no iba a coger el sueño entonces. Me puse mis gafas de culo de botella y fui al dormitorio de la pequeña para recoger la cuna. Pero oh! había un par de manchas de sangre en la sábana!



Se veían muy rojas, y al tocarlas aún mojaban un poco, por lo que tenían que haber sido de cuando E. se despertó! Fui deprisa a revisarla y pude ver que tenía sangre en la nariz, y aunque ya estaba seca,    no dejaba de preocuparme. Miré en sus dedos, por si se había arañado ella misma y había roto algún capilar, pero estaban limpias, así que lo más probable es que se hubiera golpeado en la nariz, pero cómo? con qué? Le hice la foto a la sábana para contárselo a mi marido y me volví con la niña. La verdad que parecía estar muy bien. No había sangrado mucho así que mi preocupación era que se estuviera tragando la sangre, aunque parecía imposible. Hacía ya bastante tiempo que la había sacado de la cuna y aunque la sangre de la sábana permanecía algo húmeda la de su nariz estaba muy seca. Cogí una gasita y suero oftálmico y fui a limpiarla. Pero ella no me lo puso fácil. No hubo manera de hacerlo bien. Me daba manotazos para apartar la gasa mojada. Se veía que estaba bien, solo quería que le dejara en paz y yo andaba molestándole haciéndole cosquillas con algo en la nariz. 

Me tuve que relajar e irme. La niña respiraba bien, solo quería dormir. Lo único que podía hacer era poner a lavar las sábanas de la cuna y esperar a que E. se despertase para limpiarle mejor la nariz. De todas formas me revisé el pecho del que le di de mamar y tenía un poco de sangre seca cerca del pezón. También llevaba una mancha pequeña en el hombro de la camiseta de mi pijama, supongo que donde ella apoyó su cabecita al sacarla de la cuna. En todo caso, los rastros de sangre que dejó no fueron escandalosos. Solo el de la sábana asustaba un poco.


¿Qué debió de pasar?

No lo sabemos. Nuestra pequeña es muy dada a levantarse por la noche en la cama y tirarse sobre nosotros. Hace unos meses se tiró encima de mi cabeza con el resultado de que también sangró algo por la nariz, pero creo recordar que no manchó nada, solo le vimos un poquito de sangre seca en uno de los agujeros.

Lo de hoy ha sido muy extraño porque si se ha levantado medio dormida y se ha golpeado con la barandilla de la cuna, entonces, cómo es que hay sangre en la sábana? Acaso no debía haber sangrado sobre su propio pijama? O es que el golpe que se dio fue tan fuerte que cayó de nuevo sobre el colchón y por eso lo manchó? Mecachis! Miedo me da pensar eso!

No sabemos qué habrá pasado. Ahora nos replanteamos ponerle de nuevo la chichonera en los barrotes. Aunque a mi me da miedo volver a dejarla sola en la cuna. Va a cumplir 18 meses y tenemos pensado quitarle un lado de los barrotes para hacerle una cama, con un protector de madera, claro, para que no se caiga mientras duerme. Pero y si le da por ponerse de pie y tirarse? Que nuestra hija es muy bruta y eso es algo que le encanta hacer en nuestra cama... Tal vez debamos educarla en este sentido para que no se ponga de pie sobre el colchón y no haga el burro antes de dejarla dormir alguna vez en su nueva cuna-cama, sola.

Como dicen muchos padres, a veces lo pasamos peor nosotros que nuestros hijos. Yo llevo toda la mañana asomándome a la habitación cada poco para controlar que está bien, pero por la forma de dormir pienso que está divinamente...



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