martes, 15 de enero de 2019

Destete total una semana antes de cumplir 25 meses

He hablado mucho de cómo intenté destetar a mi hija con 13 meses sin éxito (más abajo dejo el enlace a cada post) y cómo fui consiguiendo disminuir las tomas con 20 meses aprovechando que comenzaba a beber leche de vaca. Hoy de lo que quiero hablar es del destete total que es el resultado del destete nocturno progresivo que comencé hace casi 4 meses.

Como explico en las últimas entradas al respecto, el ir destetando de noche a mi hija terminó siendo un destete también de día, pues las tomas de la noche se iban espaciando pero las de la mañana y la tarde también. Creo que cuando hablan de un destete progresivo no se refieren a que sea tan largo como ha resultado ser para nosotras pero he de decir que de esta forma mi pecho no ha sufrido lo más mínimo. No puedo decir lo mismo de mi pequeña, que lleva ya 5 días sin pecho pero aún pide "teta", aunque se conforma inmediatamente con un bibi de leche y un poco de pan.


Dos meses antes del destete definitivo 

Hace poco menos de dos meses ya solo tenía tres tomas al día, aunque calculo que eran abundantes porque el pecho se me llenaba bastante y la niña me lo dejaba muy flácido al terminar. Hace un mes comencé a quitarle una toma de la mañana o de la noche para hacer solo 2 al día. Decidí quitar de esas y no la de la siesta porque para la siesta a la niña le costaba mucho dormirse si no era con la teta, pero por la noche, con la distracción de que se va a la cama con nosotros o por la mañana que empezaba a disfrutar de su bibi viendo dibujos animados de la tele, le era más fácil pasar sin tomar el pecho. Así noté una bajada de producción terrible. Al mismo tiempo dejé de darle del pecho del que a penas tenía ya leche. Además, cuando le daba el pecho calculaba lo justo para que lo vaciara pero no le dejaba chupar más para no aumentar la producción. Lo que hacía era contar mentalmente y despacio hasta cien y después soltarla, lo cual no era nada fácil, porque se agarraba con los dientes y la boca bien apretada al pecho y además con las manos a mi pijama o rodeándome en un abrazo tenso. Esta fue la parte más dura psicológicamente porque sabía que le estaba dando algo que ella adoraba, mamar de mi pecho, pero por muy pocos minutos, y seguramente empezaba a relajarse justo cuando yo pretendía que se soltase.  Pero estas cosas se hacen así, si estás decidida a destetar no hay marcha atrás a no ser que sea imprescindible, como me pasó hace casi un año (lo cuento en la entrada Obstrucción mamaria por dejar la lactancia nocturna).



Último mes de destete

Llegaron entonces las vacaciones de Navidad, muchos días festivos por el medio en los que era mi chico el que se tumbaba con la niña a dormir la siesta, y de hecho lo conseguía bastante más rápido que yo (las últimas veces, mamaba, se soltaba sin haberse dormido y solo quería fiesta, pudiendo tardar incluso una hora en dormirse). Así que aprovechamos para quitarle la toma de la siesta de forma radical. Funcionó a la perfección. Ahora duerme la siesta sin teta previa, aunque sí que es verdad que para ello ha de estar más cansada que cuando lo hacía al pecho, es decir, que no se duerme por relajación sino por cansancio, y eso lo conseguimos haciendo que se levante entre las 8 y las 8:30 y no a las 9:00-10:00 como antes. Un poco de música, un poco de masaje en los pies, o en la espalda y va cediendo hasta caer dormida en la cama. Por lo tanto al quitar esta toma de media tarde, o sea la de la siesta, y seguir quitándole también alguna toma de por la mañana o de la noche alternativamente pasamos a tener entre 1 y 2 tomas al día solamente. Pronto se convirtió en una toma al día, y en la última semana una toma cada día y medio o dos días. Hasta que hace 5 días me di cuenta de que mi pecho ya podía aguantar perfectamente sin lactar más de dos días seguidos, lo que supone estar con el pecho lleno de leche más de 48 horas!! Parecía imposible hace unos meses, pero así sigo, dentro de poco hará una semana que mi pecho le dio de mamar por última vez y se va ablandando cada día un poco más sin dolor.

La peque sigue pidiendo "teta" alguna vez, pero no insiste, porque le digo que las tetas de mamá ya no tienen leche, y ella sabe que es cierto, porque al final, no debía de haber casi nada de producción. Entonces es cunado nos demanda un bibi de leche, y todos contentos.


Realmente me da pena, porque pensaba que la ultima vez que le diera de mamar podría ser programado, y disfrutarlo, mirar a mi hija en mis brazos y sentirla por última vez al pecho, disfrutando del calorcito de mamá, pero ahora ya no puedo echarme atrás, el destete total se puede dar por completado y he de quedarme con el buen sabor de boca de saber que he dado lo mejor de mi cuerpo a mi hija durante casi 25 meses fuera de mi barriga.

Cómo lo lleva la niña

Nuestra hija sigue demandando teta de vez en cuando: cuando se aburre y está en casa o quiere llamar la atención en la calle, pero sobre todo cuando vamos a dormir y cuando se despierta de noche o por la mañana. La solución que estamos dando es distraerle y hacerle caso cuando es por aburrimiento o precisa de nuestra atención y/o mimos, y ofreciéndole un bibi de leche si es para ir a dormir o para levantarse. A media noche le ofrecemos agua que siempre tenemos para ella en la mesita, pero nunca la quiere (no como hace unos meses que la bebía tan agusto) así que hay que explicarle que mamá ya no tiene leche en la teta y que ha de tumbarse y dormir. No funciona nunca, así que acabamos siempre haciéndole mimitos acariciándole la espalda, los pies, juntándola contra nuestro cuerpo... Muchas veces ha sucedido que le pide "teta" a su padre, y claro, mi chico le tiene que decir lo mismo que yo, que ya no hay teta, que no hay leche en la teta de mama, y la acurruca consigo en la cama. Total, que nos pasamos un buen rato sufriendo con ella (pues todo esto lo hace llorando a gritos y moviéndose de un lado para otro en la cama) hasta que se tranquiliza y vuelve a dormirse.

Pero lo entiende siempre, excepto de madrugada, claro, ella sabe que ya no hay leche en mamá y que las cosas van cambiando y ahora tiene otro "oro blanco" del que puede pedir la cantidad que quiera que siempre estaremos dispuestos a darle.

Y ahora qué?

Ahora toca seguir alimentando bien a mi hija con lácteos, es decir, con otro tipo de leche animal que no sea la mía, para que siga creciendo y nutriéndose bien. También toca recordar que quise destetarla hace casi un año por mi salud. No porque durmiera mal por darle el pecho de noche, que efectivamente sucedía (cualquiera que haya tenido o tenga un hijo de alta demanda con lactancia materna sabe que su cuerpo deja de descansar, deja de pertenecerle y pasa a ser un zoombie con patas). Por lo quería/necesitaba destetar a mi hija era para hacerme una mamografía del  pecho en el que tengo microcalcificaciones. Hoy, que ya tengo bien asumido que la lactancia materna ha terminado, he pedido cita para dentro de dos meses y poder hacerme ya esa mamografía de revisión tan esperada. Recordemos que tuve que hacerme una durante el embarazo para confirmar que las microcalcificaciones fueran benignas, pero, aunque me dijeron que todo iba bien, debía revisarme lo antes posible después de dar a luz, pero habiendo dejado la lactancia materna, para verlo mejor. Quise darle el pecho al menos un año, periodo en el que se supone que los bebés son absolutamente lactantes y los demás alimentos son secundarios, pero la niña comía tan mal, y demandaba tanto tanto pecho, que lo fui alargando hasta ahora, que es cuando conseguimos que bebiera leche de vaca.

Por cierto, por si alguien se pregunta cómo conseguimos que bebiera leche de vaca y que incluso la pida si antes la detestaba diré que fue suma de dos factores:
  1. Que yo cada vez tenía menos leche en el pecho y ella empezó a notarlo. Calculo que hace seis meses aún podía darle cerca de medio litro al día, pero en los últimos meses, durante el destete, pasé rápidamente a tener solo 200ml, y en las últimas semanas seguro que no llegaba a los 100ml al día.
  2. Que la leche que le ofrecíamos se la dábamos en un bibi de color rosa que no deja ver el color blanco de la leche y además se la dábamos fría, de la nevera, sí sí, pues cuando era así la probaba y si estaba del tiempo la rechazaba. Con el tiempo se ha ido acostumbrando a su sabor y a día de hoy ya se la damos calentita e incluso a veces en vaso.



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