viernes, 1 de marzo de 2019

MES 2: De nuevo al ginecólogo de urgencia. Regresa el apetito

Semana 6 (segundo embarazo)


De nuevo al ginecólogo de urgencia

Esta semana hemos pasado dos días muy malos, tanto física como psicológicamante. Al día siguiente de ir a urgencias y que me detectasen que tenía un pólipo que sangraba de vez en cuando, me dio por mirarme la vulva con un espejo antes de acostarme, pues cada vez que me limpiaba seguía dejando un pequeño rastro de sangre y mucho flujo. Vi asomar algo que no debería estar ahí. Era como un apéndice colorado de unos 2cm de largo que salía de la vagina hacia afuera.

Lo primero que pensé es que aquello no me lo vio el ginecólogo de urgencias porque fue directo a mirarme el fondo de la vagina, donde me han salido siempre los pólipos y donde peligraba el ver un sangrado. La cuestión es que me asusté muchísimo. Lo primero que pensé es que era un tumor, y por lo tanto el miedo se apoderó de mí. De nada servía estar embarazada e ilusionarse con un bebé si me detectaban ahora un cáncer.

Pasé la noche casi sin dormir y a la mañana siguiente llamé a mi ginecólogo para que me cogiera para verlo, pero dio la mala casualidad de que había salido por una urgencia. Aún así quedaron en llamarme a ver si podía visitarle cuando volviera. Las horas de la mañana pasaban y yo me subía por las paredes pensando lo peor así que decidí ir a urgencias al hospital de nuevo.

Tuve la suerte de que de camino a urgencias me llamaron de mi ginecóloga para que acudiera y así me haría pasar entre una visita y otra. Allí estuve esperando algo más de una hora. Una eterna hora, pero era mejor que estar en urgencias sin saber quien me iba a atender y si me iban a tomar en serio o no. La ginecóloga me dijo que probablemente era el pólipo, pero yo no lo creía así, pues el pólipo era endocervical, como los demás y el informe de urgencia decía que medía 10x5mm, o sea, un centímetro justo. Lo que a mi me sobresalía era más largo e impresionaba.

Al tumbarme en la camilla y "apretar" no salio nada y el ginecólogo se me quedó expectante, pero lo ayudé yo con los dedos y se lo enseñé. Ahí estaba la maldita cosa roja que no debía estar. El gine, sin vacilación confirmó que era el pólipo que se supone que me habían detectado en urgencias y se extrañó de que con aquel tamaño tan grande no me lo hubieran quitado, así que me lo cortó allí mismo. No me podía poner betadine ni nada similar con yodo por el embarazo, así que me informó de que sangraría bastante todo el día, y además que sería sangre muy roja, que no me asustara.

Aprovechó a mirarme con el ecógrafo vaginal, pero solo por curiosidad, supongo que para comprobar de un vistazo que estaba embarazada, y efectívamente allí seguía el saco gestacional, pero no se veía nada más aún.

Lloré al salir del ginecólogo. Lloré de camino a casa. Lloré al llegar a mi hogar y ver a mi niña (que la estaba cuidando mi suegra) y lloré al contárselo a ella (que no sabe que estoy embarazada). Mi chico, que había estado conmigo en todo momento me tuvo que abrazar mucho y darme mucha fuerza siendo optimista y pensando que era una suerte que no fue lo que nos habíamos temido pero dejando que me desahogara lo que necesitara. Aún así, hoy, dos días después, es él el que se queda mirando a la nada pensando en los sustos que nos hemos llevado en tan solo dos días.

El pólipo se ha llevado a analizar y me darán el resultado cuando tenga la cita para ver el embrión, o sea, dentro de 2 semanas y media. Hasta entonces, esperar y esperar como siempre y rogar no volver a tener más sustos. Me vendrá bien tener unos días tranquila y aclarar mis ideas, porque en esta vida no merece la pena luchar por un embarazo o un hijo que aún no tienes si lo que te falta es salud para poder cuidar de él.

Durante toda la tarde estuve de reposo, porque sangraba mucho, y me dolía todo el cuerpo, pero sobre todo la barriga y los lumbares. No tenía ni apetito, ni ganas de orinar y eso me mosqueaba. Había perdido los únicos síntomas de embarazo que tenía. Otra razón para comerme la cabeza con malos pensamientos... Debía relajarme y no sabía cómo.

Tuvimos la suerte de que nuestra hija se portó muy bien esa noche y pudimos descansar. Al día siguiente yo ya parecía otra. Me volvió el apetito, las ganas continuas de orinar y hasta volvieron las flatulencias, jajaja, que aunque no es algo agradable, sí que era otro de los síntomas del embarazo que habían desaparecido con los nervios de tanto viaje a urgencias. No sé si fue todo psicosomático o de verdad el pólipo me estaba afectando hormonalmente a todos estos síntomas de dolor alrededor del cuerpo.

Síntomas

Vuelvo a tener mucho apetito. Lo cual me satisface porque en el embarazo de mi hija estaba igual.

Me ha comenzado a salir otra calentura en el labio, pero puede que haya sido reflejo del estrés que pasé con lo del pólipo o que me sale por tener la temperatura elevada por el embarazo, de hecho en el anterior me salieron dos veces. Ya he comprado aciclovir por si se me pone muy mal. Se supone que no es recomendable usar este medicamente en el embarazo, pero parece ser que si es en pomada no pasa nada para usar una pequeña cantidad sobre la calentura. En el embarazo anterior fue el ginecólogo el que me confirmó que no abía problema por usar un poco para curar el labio, no obstante todo lo que pueda aguantar sin echarme nada, mucho mejor. El truco es mantener el labio seco, aunque sea molesto y quede tirante, porque lo que a de suceder es que se seque, y sobre todo nada de ir a la piscina o estar en zonas con mucha humedad y mucho menos usar pasta de dientes, pues el Flúor es malísimo para la calentura.


Ya no tengo tanto flujo vaginal como estaba teniendo. Casi hasta podría decir que estoy bastante seca y no sé si esto es bueno o es malo, porque no recuerdo cómo estaba a estas alturas en el otro embarazo.

Por unos momentos he comenzado a tener un ligero pinchazo en un pecho, pero aún no me duelen ni molestan.

Al llegar la noche me molesta la cintura del pantalón y me siento bastante hinchada, por lo que he comido o por la lorcita de grasa que ya se me está colocando alrededor de la cintura.

6 semanas de embarazo (estatura: 1.72cm)
Peso: 50.6 kg





Comprobando la hormona hCG:


Al respecto de la barriga

Soy muy delgadita, siempre lo he sido, y por eso en el primer embarazo no hacía más que mirarme la barriga semana tras semana a ver si percibía cómo se iba abultando. En cambio, hasta que no estuve de 20 semanas no se me empezó a notar un poco, y no fue hasta la semana 23 cuando se empezó a ver que estaba embarazada.

Con el tiempo y con lectura comprendí que cualquier aumento de barriga en ese tiempo había correspondido simplemente a la acumulación de grasa en el abdomen, una bella lorza como la que me empieza a salir ahora, pero que nada tiene que ver con el aspecto de una redondita y bonita barriga de embarazo.

Así que al principio de este embarazo pensé en no obsesionarme con el aspecto de mi barriga, además porque no quería que se notara hasta que no lo comentáramos a la familia (entre la semana 9 y 10) y como ya sé que todo lo que nos hinchamos en estas semanas es debido a la acumulación de esa grasa de reserva para la lactancia, pues no me iba a poner a observar cada día mi abdomen buscando la evidencia del embarazo.

No así, ahora que ya comienza a salirme la grasa alrededor de la cintura, me apetece disfrutar de la redondez como embarazo, aunque sea en mi intimidad, es decir, que no voy frotándome la barriga por la calle, jajaja, pero en casa sí. Con lo planita que yo soy cualquier acumulación de líquido o grasa en esa zona es debida solo a mi embarazo, y por lo tanto una razón grande para verme gordita por ello y no solo porque esté ganando unos centímetros de más de grasa en esa zona.

Supongo que son diferentes formas de verlo y de vivirlo, y yo esta vez miraré mi lorza y pensaré en toda la comida que estoy almacenando para mi bebé y para mí cuando nazca! así suena más bello, no?



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