jueves, 9 de noviembre de 2017

Tercer y cuarto diente. Anginas con mucha fiebre.

A las dos semanas del primer diente le salió el segundo, y una semana más tarde el tercero. Poco después el cuarto y con tan solo 5 días de diferencia. Pero los dos últimos están saliendo muy poco a poco y con muchas más molestias.



El tercer diente empezó a salir a las tres semanas del primero. Es uno de los incisivos superiores y comenzó con un pequeño enrojecimiento de la encía por donde ya se veía salir un punto blanco. A los tres días la encía ya se veía rosadita de nuevo, pero había un pico duro y blanco sobresaliendo, era el diente, que más que un incisivo central en forma de paleto, parecía lo que sería un colmillo afilado.

Una semana después de que este diente comenzara a salir se le veía como en la foto de arriba. Ha desaparecido ese pico blanco que tenía, por lo que creemos que se le ha debido de romper al morder la cuna o algo duro que haya pillado, y se lo haya tragado o... a saber dónde anda. Era como una pequeña bolita de cous-cous blanca, pero ya no está, así que cuando le salga del todo el diente saldrá rectito como el de al lado. Aún así, parece que le va a costar crecer hacia fuera más que su compañero, que a los dos días ya se veía muy bien.

El cuarto diente le ha dado un poco más de tabarra al principio porque la encía sí que le ha durado roja y algo inflamada durante más tiempo, pero el diente, después de un par de días ya se le puede ver bien. Creemos que en breve se pondrá a la altura de su compañero, que fue el primero que le salió. Así pues podemos decir que los dos incisivos centrales de la mandíbula inferior le han salido con 4 semanas de diferencia. No es lo frecuente, pero tampoco es tan raro. Sabemos que los dientes pueden salir en un orden diferente en cada niño aunque en la mayoría salen primero los dos de abajo y luego los dos de arriba.




Anginas: Y si las molestias de los dientes no fueran poco encima se le ha sumado las anginas. Hace tres días que empezó a toser y se oía de fondo algo de moco, pero poca cosa. Eran las cinco de la tarde cuando me di cuenta de que le molestaba la garganta y decidí darle un poco de ibuprofeno infantil (que no se tomó, porque lo escupe o vomita). A las pocas horas llegó a 39ºC de fiebre y además vomitando cada vez que tosía fuerte. A urgencias! Allí nos dijeron que debíamos darle paracetamol o ibuprofeno infantil. Aunque les explicamos que no lo traga, que le hace vomitar, la enfermera le metió un jeringuillado oral de apiretal (yo pienso que no nos creyeron) y de inmediato se puso como una epiléptica a echar saliva y mocos por la boca hasta vomitar. Conseguimos que nos recetaran el paracetamol por supositorios y nos volvimos a casa. El foco de la infección estaba en la garganta pero no querían darle antibióticos. La pediatra que nos atendió dijo que pensaba que debía ser vírico, pero si estaba con fiebre 3 días, entonces que volviéramos y ya verían de hacerle una analítica para ver si era bacteriano. De todas formas se lavó un poco las manos con nosotros porque al día siguiente teníamos visita de control de peso con el pediatra. Hay que decir que la enfermera muy simpática, pero la pediatra una seca!

Al día siguiente fuimos al pediatra que la lleva a ella habitualmente y este ya fue más serio y le miró más en profundidad. Además, en 24 horas no había mejorado nada. Le vio algo de infección de oído y el foco de la fiebre en la garganta. Tenía una inflamación tremenda y por eso le dolía tanto y lloraba cada vez que tosía. No quiso tenerla 3 días con fiebre y nos recetó antibiótico, que al final fue mano de santo. Después de estar más de un día sin dormir, consiguió dormir casi una hora seguida.

No nos han recomendado los baños nasales, y de hecho parece que no le hacen falta, de vez en cuando estornuda y salen todos los mocos. Si no, si le oímos los mocos al respirar, y sobre todo para que duerma por la noche, lo que hacemos es aspirarle lo que podamos con el aspirador nasal. Sí que nos han dicho que no la abriguemos demasiado de noche, aunque en ningún momento ha sudado con la fiebre, por extraño que parezca, y hacer que beba mucho líquido, que en su caso supone estar todo el día enganchada a la teta.

Han pasado ya tres días desde que empezó a toser y leva ya más de un día sin fiebre pero sigue con tos, aunque parece que se va acostumbrando y no le duele tanto pues es capaz de toser durmiendo. Eso sí, sigue muy mimosa y no tan activa como es ella normalmente pero ha mejorado mucho.

Es muy duro verla pasarlo tan mal y no poder cambiarte por ella para pasar la enfermedad en su lugar.

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