jueves, 8 de octubre de 2015

Decidimos ir a reproducción

Después de 8 meses intentando quedar embarazada, y debido a que soy mayor de 35 años, mi chico y yo decidimos ir a ver a un especialista en reproducción para que nos diga de "cuánta gasolina" disponemos para tener un bebé.


Yo ya conozco mis ciclos gracias a las gráficas de temperatura basal y a los test de ovulación que he ido haciendo estos últimos meses. Puedo decir que:

  • Mis ciclos son regulares de entre 26 y 28 días.
  • Ovulo entre el día 12 y el 14 del ciclo.
  • Mi fase lútea (FL) es de 16 días. 
  • Las reglas a veces son dolorosas, pero los sangrados no duran mas de 6 días. 

Así que todo parece normal.

No obstante, ¿Cómo somos por dentro mi pareja y yo? ¿Por qué no nos hemos quedado embarazados aún, y eso que hemos hecho "los deberes" día sí y día no en las épocas fértiles? Para estas dudas y algunas mas, decidimos ir a una clínica privada.

Allí nos preguntaron sobre mis ciclos, nuestras alergias, enfermedades, intervenciones... y aunque todo parece normal y adecuado, fue el momento en el que preguntó nuestra edad cuando el doctor se alarmó... yo tengo más de 35 años, y según él "el tiempo corre en nuestra contra". Pero respecto a tomarme la temperatura, o saber de cuánto era mi FL, he de decir, que no le importó en absoluto.

Así que nos pidió varias pruebas, las básicas que suelen hacer para evaluar la fertilidad de la pareja:

  • Análisis de sangre de la mujer entre el tercer y quinto día del siguiente ciclo, para mirar el nivel de varias hormonas (FSH, estradiol 17-B, TSH y Anti-mulleriana).
  • Ecografía vaginal de la mujer el día 15 del ciclo
  • Seminograma completo del hombre después de entre 3 y 5 días de abstinencia sexual.

Así pues, estuvimos un total de 3 semanas esperando para hacernos las pruebas y volver a la consulta a que nos evaluara los resultados. Nervios y dudas cada día, esperanza de vez en cuando, porque estábamos luchando juntos por un sueño precioso que ambos queríamos con las mismas ganas, pero sobre todo, lo que caracterizó esta época fue el cariño que nos dimos, recordando que siempre podíamos acabar siendo una feliz familia de dos!

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