viernes, 20 de septiembre de 2019

MES 5: Ecografía de las 17 semanas

Semana 18 (segundo embarazo)

Entramos en el quinto mes y espero poder sentirme mejor anímicamente ya que se supone que he terminado con todas las revisiones dentales hasta que me ponga de parto o un poco más adelante.

Llevo ya varias noches seguidas que sí que noto las pataditas del feto, incluso alguna vez de día. Se nota tan bien que hasta mi chico ha podido al fin sentir sus movimientos. He de decir que últimamente estoy muy contenta con él porque me ayuda mucho en casa cuando llega de trabajar. Ojalá dure, porque queda mucho embarazo por delante y lo que viene después, con una niña de casi 3 años y un bebé, será toda una aventura.

Ginecólogo (17 + 2)

Vamos con muchas ganas por ver al pequeño, pero sobre todo por saber lo que pesa o mide aproximadamente pues a estas alturas ya pueden empezar a calcularlo mejor.

Hemos estado muy tranquilos en el ginecólogo y salimos con un buen sabor de boca. Hemos podido ver muy bien al feto, se ha movido poco, pero lo justo para que el ginecólogo mirara lo que tenía que mirar. A nosotros nos ha parecido entrañable que intentara acurrucarse y hacerse una bolita. El tamaño sigue saliendo un poco más grande de lo que corresponde a su edad gestacional (ha salido 17 semanas + 5 días cuando en realidad estoy de 17 +2), pero esto no significa nada, ya que con E. nos pasó lo mismo hasta que al final del embarazo se estancó un poco en el peso. Creíamos que le iba a medir el fémur pero no fue así, el tamaño aún solo lo proporciona la medida de la cabeza, por lo tanto puede haber errores de cálculo. Lo más divertido de hoy ha sido verle perfectamente los genitales, pues nunca imaginamos que en la primera mitad del embarazo se vieran tan claramente por ecografía. Estamos contentos, porque su corazón va bien, está engordando y yo también vuelvo a hacerlo.



Lo cierto es que ha sido una consulta muy rutinaria y no ha hecho más que pesarme a mi y mirar al feto. Pero estos controles habituales te dejan más tranquilo, sobre todo tras haber tenido tantas dudas de por qué mi barriga había disminuido de tamaño la semana pasada.

Síntomas:

18 semanas de embarazo (estatura: 1.72cm)
Peso: 55.7kg




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jueves, 19 de septiembre de 2019

MES 4: Extracción de un implante dental. Primeros movimientos fetales

Semana 16 (segundo embarazo)


Visita al dentista

He vuelto al dentista para revisar el implante que se mueve y aunque ya no es para tanto ni me duele al masticar el dentista ha empezado a tirar y a moverlo de un lado para otro y ha podido comprobar que es el propio perno el que se ha soltado del hueso y no el contacto entre él y el tornillo de la funda. Así que finalmente me da la mala noticia que no deseaba escuchar. Ha de extraerme el implante entero por riesgo de infección al no estar bien anclado o por riesgo de atragantamiento con él si se suelta.

Esta vez no me libro de la anestesia pero me ha ido poniendo muy poquita y sin epinefrina ni derivados. El perno ha salido completamente y hemos podido ver que tan solo una pequeña zona del mismo estaba recubierta con algo de hueso, el resto se había soltado, parece ser, hace tiempo.  Me siento muy triste, con muchas ganas de llorar. No he llegado a la mitad del embarazo y he perdido dos piezas dentales. No quiero mostrar mi tristeza delante de nuestra hija para que no tema al dentista, pues en unos meses irá ella a hacerse una revisión.



Me siento mal por el bebé, porque creo que le he fallado al tener que usar anestesia y además me han dicho que dentro de 15 días he de volver para que la cirujana me extraiga la raiz del otro lado, la que tengo rota y cementada, y también será con anestesia, probablemente mucha más que la de esta vez, y quién sabe si tendré que tomar antibióticos...

Sé que es el segundo trimestre en el que recomiendan hacer lo debido sobre la dentadura (revisiones y extracciones) cuando estás embarazada porque el feto está ya formado y a partir de entonces solo ha de madurar órganos y engordar. Peoro para mi mis hijos son lo primero y quiero evitar en todo lo posible que mi "mala " salud les repercuta a ellos. Si me llego a dejar el implante podría haber tenido una infección durante estos meses de embarazo y no enterarme hasta haber sido demasiado tarde, cuando ya fuera peligroso para el feto. Y por eso me la he quitado, por prevención (2000€ tirados a la basura que me ha durado menos de 10 años). El agujero que me ha quedado es menos probable que se infecte. Al parecer se crea un inmenso coágulo dentro que luego se reabsorve y ya está.

Movimientos fetales

Hace unos días me parecio notar  algo de movimiento dentro el útero así que cada noche o cada siesta me gusta ponerme las manos en la barriga y comprobar si noto algo. Pero creo que aunque sea el segundo y digan que se suele notar antes, a E. la noté en la semana 16+6 y era muy movida en las ecografías, este bebé tiene pinta de ser muy tranquilo, por lo que no me extrañaría que tardara más en sentir sus golpes y movimientos.

Pero, llegó la noche en la que sí he sentido los movimientos del feto! Sentí las burbujas cruzando y luego un golpecito bien claro bajo mi mano, y no, no eran gases, jajaja. Esto reconforta. Está ahí y lo siento, hay cosa más bonita? Qué ganas de notarlo sin tener que poner la mano, ver la barriga moverse por fuera y que le hablemos toda la familia.


Semana 17 (segundo embarazo)


Cambios en la barriga

Siento cómo el volumen de la barriga me ha bajado considerablemente y creo que es porque voy muy bien al baño, tal vez demasiado bien. Al hacerle el comentario sobre mi pequeña barriga a mi chico se ha pregocupado, así que ya estamos deseando que llegue el día de ir al ginecólogo. Además he pasado 2 días que no he sentido nada al bebé en la barriga. Ya sé que es demasiado pronto, y que por haberle sentido sutilmente la semana pasada no significa que lo vaya a sentir todos los días, no al menos hasta pasadas las 20 semanas, o incluso las 24 que es lo más general. Pero claro, yo me preocupo.

Cada noche creo obsesionarme un poco con el tema de los movimientos fetales, pero es que con paciencia, y al cabo de varios minutos, suelo acabar sintiendo algún golpecito dentro, y es que me encanta... Además me da algo de penita que mi chico aún no pueda notar las pataditas del feto, ya que es bastante tranquilo y cuando se mueve es algo muy sutil. De todas formas, durmiendo con nuestra hija entre nosotros dos también se hace bastante difícil encontrar la manera de que ponga la mano sobre mi vientre y esté varios minutos eseperando algún movimiento. Todo llegará.

Síntomas:

17 semanas de embarazo (estatura: 1.72cm)
Peso: 54.9kg
Contorno pecho: 83cm
Contorno barriga (por el ombligo): 84cm
Contorno cadera: 97cm


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miércoles, 18 de septiembre de 2019

MES 4: Graves problemas con la dentadura y peligro de infección

Semana 15 (segundo embarazo)


Estoy muy preocupada por mi dentadura. Se me ha soltado la funda de una muela y creo que la he apretado tanto con los dientes y la lengua que ahora me duele al masticar. Además también se me mueve el implante molar que tengo al otro lado de la boca, y eso sí que asusta de verdad porque tengo miedo de haber perdido hueso alrededor del tornillo. Realmente me temo lo peor, que me tengan que quitar las dos y encima coger una infección en el embarazo. Espero que el dentista no tenga que hacerme una radiografía, y en ese caso pueda tomar todas las medidas de protección necesarias (delantal y collarín de protección). Lo que sí debo hacer es solucionarlo cuanto antes pues además paso dolor en toda la boca al masticar y solo las cremitas y la bollería me saben bien, las verduras y las carnes que hay que masticar se me hacen un suplicio.

Visita al dentista: 

Me han tenido que quitar la muela que tenía la funda suelta, bueno, la muela no, la propia funda en sí, con sus tornillos y todo. El dentista me limpió e intentó volverla a cementar y colocarla pero fue imposible. Al parecere la raiz está rota  y no se puede recolocar. Habrá que quitarla y poner un implante cuando ya haya dado a luz. No se me ha roto porque sí, se me ha roto por el bruxismo que tengo que está haciendo que el diente se me deshaga por dentro y pierda firmeza.



De momento se queda así, la raiz limpia y llena de cemento pero sin muela. Respecto al implante el dentista considera que eso que se mueve es demasiado. Al principio pensó que podría ser el cemento que se había soltado y entonces sacaría la corona y la volvería a colocar. Pero no ha podido ser. Pasó luego a pensar pues que era cosa del contacto entre tornillos, que hubiera algo de juego. La semana que viene volveré para ver si puede acceder a ellos taladrando la muela y sin anestesia.

Yo no estoy convencida del todo de quitarme el implante. Es como si tuviera la sensación de que la encía está sensible y en fortalecerse todo mejorará. Él habla de quitármelo por miedo a que un día se suelte y me lo trague, pero lo que yo no quiero es quitármelo ahora y que las muelas contrapuestas crezcan hacia arriba y no me quede hueco para un nuevo implanate dentro de 8 meses cuando ya haya tenido el bebé. Al final todo es por culpa de mi bruxismo.

De todo lo que cuento lo que más temo es provocar una infección con tanta intervención en el dentista, o tener la infección por dejarlo pasar y no hacer nada. No es el mejor momento para que me pase esto, en medio del embarazo y además recién entrada en el segundo trimestre, aún es demasiado pronto para andar con anestesias y radiografías.

Síntomas:

Llevo ganado 1kg de más a estas alturas que en mi anterior embarazo. Supongo que sea normal, ya que hace poco más de 2 años que nació mi hija y para el útero es más fácil agrandarse y adaptarse al nuevo estado que cuando era primeriza.

15 semanas de embarazo (estatura: 1.72cm)
Peso: 54.4kg



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martes, 17 de septiembre de 2019

Comienzo del colegio sin periodo de adaptación

Pongámonos en situación: el colegio al que va mi hija de 32 meses no tiene en su plan de estudios un periodo de adaptación para los más pequeños, se empieza un lunes, se va toda la semana de 9 a 17h hasta el viernes y punto. Alternativas? Puedes llegar a las 8:45 y quedarte con el niño hasta las 9, o bien llevártelo a comer a casa de 12:30 a 15:30 la primera semana.

El primer día que van es el primer día que ven a sus profesoras y su aula, vamos, que no les conocen de nada.

Y ahora es cuando cuento cómo ha sido esta primera terrible semana de comienzo de colegio para nuestra hija, para ir sacando todas esas conclusiones que muchos ya adivinábamos de lo que puede ocurrir y ocurre con demasiada frecuencia por la falta de un periodo de adaptación.

PRIMERA SEMANA DE COLEGIO

Día 0. Tres días antes de empezar el colegio decido acercarme allí con mi hija para llevar ya sus pertenencias y que ella conozca al menos el aula y dónde tendrá que dejar cada cosa. Estamos solo 10 minutos, pero está ilusionadísima. Ha llevado incluso su mochila aunque no es necesario, porque tendrá que llevarla y traerla cada día, vamos, que ya parece que se pone en situación, y se marcha muy contenta con ganas de volver.

Día 1. La llevamos su padre y yo. Nos toca esperar un poco fuera del colegio y se la ve muy emocionada. Ya le hemos contado en casa que ha de quedarse todo el día, comida y siesta con los demás niños, pero parece que no le importa. Al llegar al aula es ella misma la que se quita la mochila y quiere ponerse ya mismo la bata.

Lo primero que nos ha llamado la atención es que tal cual se ha preparado se la han llevado al fondo del aula de forma que hemos tenido que ir hasta allí para despedirnos de ella. Estaba muy feliz.

A la salida seguía risueña y una de sus maestras ha dicho sorprendidísima que "superbien" refiriéndose a que le llamaba la atención que es una niña que no ha ido a la guardería nunca y precisamente ha sido una de las pocas en no llorar al quedarse allí todo el día.

La niña, al verme, ha venido muy tranquila hacia mi, pero no se ha puesto a contarme cosas sobre lo que ha hecho, a quienes ha conocido o lo que ha comido, y he tenido que irle preguntando yo poco a poco sobre cada cosa.

Respecto a la comida, el primer plato no se lo ha comido, así que su dieta ha sido bastante escasa: un poco de pan con queso por la mañana y luego unos pocos macarrones y sandía. Así que a la hora de merendar en el parque conmigo ha devorado todo lo que le había llevado y además ha bebido muchísima agua. Se ve que no tienen la bebida a su alcance ni nadie está detrás de ellos para que  beban durante la comida.

Quiere volver mañana.

Día 2. Llueve muchísimo y la llevo yo al cole caminando con el paraguas nuevo. Está tan ilusionada de volver que lo va gritando por la calle "voy al coleeeee". Se vuelve a quedar supercontenta allí, tanto que casi se le olvida darme un beso y despedirse de mi.

Su cara a la salida ya no es la de ayer. La noto apagada y seria, lo cual es de extrañar, con las ganas que tenía de volver al colegio. Sigue sin contarnos qué tal lo pasa o qué cosas hace y somos incapaces de averiguar por qué está tan seria. Al final de la tarde ya comienza a contarnos que ha llorado 2 veces. Una de ellas porque quería beber de su taza de plástico y no la dejaron (al día siguiente supimos que la taza ha de pedirla a lo largo del día si quiere agua y que en las comidas solo se puede usar el vaso de cristal, así que como era la hora de comer le negaron beber agua en la taza de plástico que lleva su nombre, y al parecer esto no se lo habían explicado).

El otro motivo por el que lloró ha sido también durante la comida. Las profesoras nos comentaron que les llamó la atención que ella no quisiera patatas como el resto de niños y la presionaron para que las comiera, hasta se las llegaron a chafar en el plato, a ver si así... Y claro, no sabían que a ella no le gustan las patatas, y el hecho de chafárselas y embadurnarle el plato la estresó.

Para colmo se ha mojado los pantalones al ir al baño por no habérselos bajado bien antes de sentarse en el váter y la han tenido que cambiar. Aunque esto no creo que le haya molestado demasiado.

Otro día más que devora la merienda y cena tanto como si estuviera muerta de hambre.

Aún así, con su cara tristona, quiere volver mañana al colegio.

Día 3. Va con ganas al cole, de nuevo gritando por la calle con su padre y conmigo "voy al coleeeee". Cuando entramos en el aula una de sus profesoras nos comenta las razones por las que lloró ayer (el tema de la taza de plástico y el de las patatas) y es entonces cuando nuestra pequeña empieza a poner pucheros y le comienzan a salir manchas rojas en la cara típicas de cuando quiere llorar, y nos sorprende porque nunca ha llorado fuera de casa o en un entorno de niños, pero la tranquilizamos diciéndole que ya pasó, que ya saben lo que tienen que hacer, nos despedimos y se queda con una de las cuidadoras, aunque nos mira muy seria. En tres días ha cambiado mucho su cara al entrar en el colegio.

A la salida nos cuentan que sí que se quedó llorando cuando nos fuimos, le preguntamos por qué y fue nuestra propia hija la que nos dijo que "porque no estaban papá y mamá".

Además lo ha debido de pasar muy mal todo el día y con hambre pues de almuerzo le pusieron una magdalena (a ella no le gusta la bollería, y ya dijimos que el día  que tocara le traeríamos fruta) y eso que no tocaba ese día, así que se quedó sin almorzar. A medio día solo comió algo de arroz integral, y el postre ni lo probó porque era yogurt natural azucarado, y ella los come sin azúcar, por suerte no le gustan los de sabores ni azucarados, y no vamos a intentar cambiar esa costumbre tan sana en ella, no?

Vamos, que la pobre pasó mucha hambre y cuando me vio en la puerta salió corriendo hacia mi, cosa que no había hecho los otros dos días. Me agarró muy fuerte y solo quería estar en mis brazos.

Como va siendo habitual, ha merendado muchísimo y también ha querido cenar mucha cantidad y de todo lo que había.

De noche ha llorado en sueños, suponemos que por alguna pesadilla. Incluso ha llegado a despertarse y sentarse en la cama a llorar angustiada.

Día 4. Ha madrugado sin problema, pero esta vez he preferido no despertarla diciéndole que vamos al cole, me da la impresión de que si lo hubiera hecho así se habría hecho la remolona.  Pero al vestirla me ha preguntado directamente que dónde íbamos, y al saber que era al colegio se ha puesto triste y recelosa. La hemos llevado papá y mamá en coche, y al bajar ya se ha puesto a llorar en la calle y a decirnos claramente "no quiero ir al cole" varias veces seguidas, todo el trayecto que hay que caminar desde el coche hasta el colegio. Al entrar en el aula empezó a sofocarse llorando y angustiada se enganchaba a mi pidiéndome ir a casa conmigo. Mi chico tenía que irse a trabajar y me quedé yo más rato con ella para calmarla, pero no surtía efecto, era incapaz!

Después de 15 minutos en mis brazos intentando hablar con ella aún estaba angustiada, cada vez más, y parecía entrar en bucle, así que tuve que decidir llevármela a casa. No podía dejarla sufrir de aquella forma pudiendo evitarlo, y eso que unas de las maestras me dijo que no lo hiciera o se aprendería el truco de llorar para que no la deje allí en el futuro. ¿Qué truco? me pregunto yo...  La niña está mal, habrá que hacerle caso, no? No voy a permitir que se resigne porque sí, y menos en el estado al que había llegado la pobre.

Según hemos salido del colegio le ha cambiado la cara y se la veía contenta. De verdad que yo empezaba a alucinar con el cambio de comportamiento, pues hace tan solo 3 días era la niña más risueña que atravesaba aquellas puertas.

En casa me pedía tele, pero evidentemente se lo he negado, lo que sí que no debería pensar es que ir a casa con mamá es la fiesta padre. "Mamá tiene muchas cosas que hacer en casa, mucho trabajo. Si quieres jugar puedes jugar con lo que quieras o puedes ayudarme".  Al momento me ha pedido mimos y ahí sí que  no me puedo negar "cariño, mimos todos los que quieras". La he cogido en mis brazos, nos hemos tumbado acurrucadas en el sofá y a los 5 minutos se ha quedado dormida.  La he dejado dormir todo lo que ha querido (más de hora y media).

En el colegio me dieron la opción de llevarla por la tarde, a las 15;30, cuando los niños despiertan de la siesta, a ver si se quería quedar esa hora y media antes de salir de clase, y así hemos hecho. De camino hacia allí ha ido bastante bien, mucho más serena que esta mañana, y le he prometido que me quedaría fuera del colegio a esperarla leyendo. Ella sabe que no miento y que lo hago tal cual lo digo, pero que yo no podía quedarme con ella dentro del aula. Ha entrado a su clase muy tranquila y con media sonrisa en la cara. Se ha despedido de mi y se la ha llevado una profesora. Y yo, que soy mujer de palabra, me he quedado leyendo fuera.

A la salida estaba contenta y se lo ha pasado bien ese raro que ha estado allí.

Día 5. Llevamos desde ayer recordándole que el menú de hoy le va a gustar mucho y va a comer muy bien. Aún así nos dejan llevarle un plátano para que no pase hambre como el otro día, por si acaso les ponen algo dulce que no le guste. Se ha levantado bien de la cama pero al irnos de casa me ha vuelto a decir algo temblorosa que no quería ir al cole. A punto de llorar hemos entrado en el aula, pero no le ha caído ni una sola lágrima. Hemos estado 15 minutos colocando sus cosas, poniéndole la bata y mirando los juguetes que tienen por allí.

Al momento de marchar se me abrazó muy fuerte y no me soltaba, entonces rompió a llorar y no dejaba que me despidiera. No quería darme un beso, como si así pudiera evitar que me marchara. Yo no hacía más que recordarle que hoy comería muchas cosas ricas que a ella le gustan pero no había manera. Hasta que vino su maestra y me la arrebató de los brazos, se la llevó al fondo del aula diciendo "venga, ya está".  Me sentó fatal, como si viviera un secuestro. No estaba tan angustiada como ayer, se le pasaría, seguro, hoy iban a hacer muchas actividades divertidas y no pasaría hambre, pero no nos dieron opción a despedirnos. Vi cómo se alejaba con los brazos extendidos hacia mi por encima de su maestra llamándome y llorando. Qué pena, madre mía, qué mal me sentí.

Mi único consuelo era saber que luego lo pasaría muy bien, y que al día siguiente ya no había clase. Pero no tenía consuelo para ella, sabía que se estaba llevando la peor parte.

Me quedé tras la puerta del aula mirando de reojo por la ventanita a ver si se le pasaba el llanto, pero nada. En ese momento apareció el director del colegio y aproveché para hablar con él. Lo primero que dijo fue "lo pasan mal hasta que se adaptan", y entonces se me pusieron los ojos como platos. De verdad que este señor piensa que eso es forma de adaptarse? Que si dejan de llorar un día es por adaptación? Así que me tuvo que oír y le dije unas cuantas cosas al respecto: que eso no era adaptación, que deberían dar la opción de estar unas pocas horas cada día, de que estuviéramos los padres con ellos y dejaran vernos relacionar con las maestras. Que cogieran confianza del lugar bajo nuestro respaldo, etc.
Y él me preguntó muy seguro de sí mismo: "Me aseguras que si hacemos una semana de adaptación como dices al lunes siguiente no llorará ningún niño?".
A lo que mi respuesta fue rotunda y contundente: "Lo que te puedo asegurar es que llorarían menos niños y además durante menos tiempo. Y eso está demostrado".
Pero claro, se unió una madre y me soltó "No es justo que unos niños puedan hacer adaptación y otros no".
Y claro, el director se sumó diciendo "Es que entre los padres se liaría una buena".
Pero como no me puedo callar, seguí diciéndole que lo que deberían hacer es dar la opción, pues estoy segura de que habría padres que moverían cielo y tierra para poder acompañar a sus hijos en estos días si lo ven necesario, y si no ellos, al menos sí un pariente o alguien que el niño conozca y le de confianza.

En medio de esta conversación noté cómo se habría la puerta y uno de los niños intentaba salir de allí llorando, no me dio tiempo a verle, pero parecía mi hija. En cuanto se volvió a cerrar la puerta me asomé por la ventanita de nuevo y efectivamente había sido ella, que ahora iba corriendo al fondo del aula donde estaban lo demás.

A la salida ha ido mi chico a buscarla, y se ha puesto contentísima!!!! Yo me he quedado en el pasillo esperando. Salio bastante bien, porque jugó a muchas cosas que le gustaban pero sobre todo porque sabemos que no pasó hambre, y además le dieron medio plátano del que había llevado en la mochila por si acaso. No le hemos querido dar demasiado bombo a que mañana es fiesta y no va al cole, tampoco queremos fomentar el sentimiento de "vaya mierda de lunes a viernes, quiero que sea sábado" eso ya lo vivirá de más mayor. Además ahora solo van a relacionarse, interactuar y aprender cosas para niños de 3 años, queremos que sepa apreciarlo como algo bueno y que entienda que ahora ya en casa con mamá se aburriría más (es ella la que nos solicita continuamente hacer cosas con otros niños).

Pero sigue sin contarnos realmente lo que hace en el colegio, y seguimos pensando que eso es muy extraño, porque para ella, cualquier pequeña novedad es motivo de habar y hablar sobre ello todo el día.


Conclusiones

Ha sido una semana de esas que empiezan muy bien y acaban en picado con un sentimiento horrible de culpa por nuestra parte y supongo que de gran pena y decepción por la de nuestra hija.

Ya conocíamos la carencia de periodo de adaptación en esta escuela, pero es que en las demás de la zona donde vivimos tampoco hacen adaptación de ningún tipo. Lo que sí que hemos descubierto es el trato que se les da a los niños, y eso que es la escuela más recomendada para los de maternal, pero parece que los tratan como siempre se ha hecho, con disciplina para cumplir unas normas y regañándoles cuando se supone que hacen algo mal.

Están acostumbrados a los lloros, y piensan en que ya se les pasará y punto, que se acostumbran a que han de pasar allí el día. Nosotros no pensamos igual. Creemos que el lloro es la manifestación de algo más importante, y sobre eso es sobre lo que habría que trabajar. Los niños no dejan de llorar a esta edad porque se adaptan, sino porque se resignan, y si no que se lo digan a nuestra hija, con las ganas que comenzó el colegio y lo mal que lo está llevando para no querer ir pocos días después.

Respecto a los menús parece que están acostumbrados a que la mayoría de niños comen dulce y además les gusta, y pretenden que sea nuestra hija la que se adapte y acabe comiendo como los demás en lugar de conseguir que los niños coman todos más fruta como la nuestra. Además no les lavan los dientes o hacen que se los laven, pues lo llegaron a intentar y vieron que los cepillos de dientes acababan pasando por los váteres y perdiéndose por ahí.

Y no solo eso, que encima los menús están diseñados para todos igual, es decir, comen lo mismo los de primera enseñanza que los de maternal, y casi lo mismo que los de secundaria y bachillerato, lo cual no es nada lógico tampoco.

Estos días nos han dejado tristes y agotados. Solo nos queda seguir mimando mucho a nuestra pequeña y entregarnos a tope con ella durante el fin de semana. Ojalá pudiera hacer eso que dicen de traérmela de 12:30 a 15:30 a casa  a comer conmigo, pero me es inviable, porque habría de hacerlo yo caminando estando embarazada de 7 meses y medio por un camino con cuestas muy empinadas que ya sufro dos veces al día en subir, y la peque no tendría tiempo de dormir siesta. Y para cuando nazca su hermano será aún menos posible porque no podría salir tantas veces de casa con un bebé recién nacido con el frío que hace por aquí. Suerte de quien lo pueda hacer, aunque tampoco es gran cosa, pues cuando lo pasan peor es al dejarles allí. Nuestros pequeños no piensan en cómo será su día, solo recuerdan el cómo fueron los días anteriores y si no estuvieron a gusto en un sitio no querrán volver y mucho menos quedarse solos con gente que a penas conocen porque son personas que han visto por primera vez hace tan solo unos pocos días.

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miércoles, 7 de agosto de 2019

Operación pañal superada

Estamos muy contentos de poder decir que nuestra hija de 31 meses (es decir de poco más de 2 años y medio) ha dejado ya de usar pañal. Pero debemos reconocer que hace 2 meses no teníamos ninguna confianza en que lo lograra y nos empezamos a plantear que posiblemente no podría entrar al colegio en septiembre. A nosotros ese tema nos daba igual, pero sabíamos la ilusión que le hace ir al cole con el resto de niños.



No creíamos que lo conseguiría

Cuando tan solo tenía 19 meses comenzó a avisarnos con la palabra "caca" de que quería hacer caca, y la poníamos sentada en el váter y hacía sus necesidades divinamente, y aunque la limpiábamos nosotros, cometimos el error de dejar que lo hiciera ella después para que fuera aprendiendo, de tal modo que cogio una fuerte infección de orina. Lo explico más detalladamente en la entrada Infección de orina, estreñimiento, y operación pañal

A partir de entonces no solo dejó de avisarnos cuando quería hacer caca sino que dejó de hacerlo diariamente y pasó a hace sus necesidades solo una vez a la semana, hasta el punto que un día tuvimos que llevarla a urgenciaa porque le dolía la tripa. Tuvo que tomar medicación durante un tiempo y para cuando cumplió 2 años ya comía muy bien puré de verdura y volvio a hacer caca regularmente cada día. 

Fue desde entonces que la caca comenzó a hacerla de pie (con el pañal puesto evidentemente) y no quería que nos acercáramos en ese momento. Le proponíamos alguna vez ir al váter, ya que se sabía que iba a hacer caca por la cara que ponía y cómo se sujetaba a algún mueble, pero siempre nos rechazaba.

Así que no temíamos tanto el tema de que dejara de hacerse pis en el pañal, sino que no sabíamos cómo conseguiríamos que hiciera la caca sentada, en el orinal o en el váter, y evidentemente esto sería un problema para ponerle braguitas y enviarla al colegio. Además no nos decía que tenía caca en el pañal, se lo teníamos que preguntar si olía mal, y eso que ya iba a cumplir los dos años y medio.

Siempre tuvo curiosidad por ir al baño con nosotros

Nosotros nunca le cerramos la puerta del baño cuando íbamos a hacer nuestras cosas, y ya pasados los dos añitos ella ponía mucha curiosidad y preguntaba que qué hacíamos, a lo que de la forma más natural siempre le hemos respondido que estábamos haciendo pis o caca, y ya está. Le enseñábamos que nos teníamos que limpiar después y lavarnos las manos. Y alguna vez le comentábamos que cuando ella quisiera también podría hacerlo como nosotros (de hecho ya teíamos el reductor del váter y un orinal desde el año anterior cuando tenía año y medio).

Así que en lo relativo a la impresión que ella tenía de la caca y el pis, era del todo normal, algo que echábamos de nuestro cuerpo para tirarlo por el váter.

Cómo conseguimos superar la operación pañal

Hablo de que lo conseguimos entre todos porque tanto ella como nosotros, sus padres, tuvimos mucho que ver. Siempre pensamos que sería un proceso en el que habría que implicarse a fondo para comprender en qué punto se encontraba nuestra hija, saber si estaba preparada o no, conocer cuáles eran sus impresiones sobre el cambio que había de producirse, pero sobre todo, estar atentos a las señales que nos indicaran que podía estar preparada para dar el paso, y nosotros debíamos estar ahí acompañándola en todo momento.

La operación pañal como tal duró dos semanas, que fue el tiempo que pasó entre que le pusimos por primera vez braguitas para estar por casa y que comenzó a salir a la calle sin pañal y a pedir hacer pipí en cualquier sitio cuando tenía ganas. Pero en realidad el proceso en sí duró un poco más. En resumen esto fue lo que hicimos:

  • 2 semanas proponiéndole rutinas de ir a hacer pipí en casa
  • 2 semanas proponiéndole hacer pipí de vez en cuando fuera de casa.
  • 2 semanas con braguitas en casa y pañal en la calle y para dormir
  • a partir de entonces braguitas durante todo el día y pañal solo para dormir 

No se trata de una fórmula exacta, sino de lo que fuimos haciendo según la íbamos viendo preparada para dar un pasito más. Hicimos recuento de cómo transcurrió su progreso y este es el tiempo que nos llevó cada paso, en total 4 semanas de preparación y 2 semanas de acción. Si debiera dar una recomendación al respecto sería: no des un paso adelante si tu hijo no quiere o no da muestras de quererlo intentar. Es decir, ante todo no hay que obligar al niño a hacer algo que no quiere. Nosotros esto lo teníamos muy claro con nuestra hija, pues en los próximos 3 meses tendrá ya bastantes cambios grandes en su vida, como es la entrada al cole y la llegada de un hermano.

Mes de preparación: le enseñamos las rutinas

Si hay algo que todos solemos hacer es ir al baño antes de acostarnos o de salir de casa, por lo tanto esto fue lo primero que le enseñamos. E. iba a cumplir dos años y medio, hablaba perfectamente y era capaz de expresar lo que quiere o le gusta y lo que no. Comprobamos que muchas noches ya no mojaba nada el pañal al dormir, lo cual significaba que comenzaba a estar preparada hormonalmente para retener la orina y cambiar el proceso que sigue nuestro cuerpo mientras dormimos y que evita que tengamos ganas de orinar de noche. Así que coincidiendo con el principio del verano y el buen tiempo le fuimos proponiendo hacer pipí en el váter antes de poner el pañal de la noche para dormir o de hacer la siesta, pero no siempre tenía ganas, y de hacer pipí en el váter cuando se despertaba. Como al levantarse de la cama sí que tenía ganas se fue acostumbrando y en poco tiempo lo añadió a su rutina de la noche (bibi de leche, lavar dientes, hacer pipí en el váter, poner pañal y mimir) y en la de la mañana (despertarse, pipi en váter, cambio de pañal, bibi de leche).

También le fuimos proponiendo hacer pipí en el váter antes de salir de casa, sobre todo si notábamos que tenía el pañal seco, a lo que aceptaba unas veces y otras no.

Cuando llevaba ya un par de semanas con estas rutinas en casa comencé a preguntarle si quería venir a hacer pipí conmigo cuando estábamos en algún restaurante fuera de casa. Como cualquier distracción es buena para los niños cuando no tienen sus juguetes, siempre aceptaba y acababa haciéndolo de buen agrado. Creo que para ella era como un ritual divertido sobre todo por lo de lavarse las manos y secarlas en los secadores de los baños públicos. Otras veces le apetecía porque veía que los hijos de nuestras amistades se lo pedían a sus padres, entonces ella también se apuntaba a la "excursión al baño". Además encontramos que algunos centros comerciales tienen baños especiales para niños y hace mucho más cómoda la labor de sentarles en el miniváter o limpiarles después. Eso sí, nosotros tuvimos que aprender a abrocharle el pañal de pie, cosa que hasta entonces no habíamos hecho porque nos parecía bastante tedioso y no confiábamos en que quedara bien cerrado (siempre usábamos cambiador), pero ella comenzó a poner de su parte y hasta en eso nos empezó a ayudar, sujetando el pañal mientras se lo abrochábamos.

Coincidiendo que estábamos de vacaciones le compramos un orinal nuevo y empezó a preferir hacer pipí en el orinal mejor que en el váter. No sabíamos si eso era bueno o malo, pero entendimos que le daba mucha más libertad, pues empezó a querer ser ella la que se bajara el pantalón y quitara el pañal.

El gran paso fue que empezó a decirnos que tenía pis aunque llevara el pañal puesto para que la lleváramos al orinal o al váter y hacerlo allí. Pero la caca seguía haciéndola de pie con el pañal puesto y tampoco nos avisaba de que lo había hecho para limpiarle el culete.

Decidimos quitarle el pañal para estar en casa

Llegaron los días más calurosos del año y un día, sin pensármelo demasiado y ya que comenzaba a pedir siempre por hacer pis en el orinal, le propuse a E. quitarle el pañal y ponerle unas braguitas por la mañana, según le quitaba el pañal de la noche, que no había mojado nada. Eso le gustó. En ningún momento le hablé de que era cosa de mayores, o que debía dejar de usar pañal para ir al cole. Así que estuve varios días dejándole en braguitas por casa y poniéndole el pañal para la siesta y para salir de casa. Eso sí, para la calle llevamos siempre con nosotros toallitas húmedas de wc y un reductor de wc plegable que nos costó 10€, que hace que el ponerle en los váteres públicos sea más higiénico y ella esté más cómoda. Basta con darle un lavado al llegar a casa y listo.

 




También ha sido importante tener a su disposición braguitas bonitas o con sus personajes preferidos, para que ella elija por la mañana cuales se quiere poner.

El primer día hizo varios pipís en el orinal, pero por la tarde se le escapó en las braguitas y tuvimos que cambiarle dos veces. Y la caca la hizo de pie en las braguitas. Le expliqué que ahora había que cambiar de nuevo de bragas y que para la próxima vez que avisara si podía y lo hacía en el orinal.

Al tercer día se puso a hacer pipí en el orinal y del esfuerzo, sin querer, le salió la caca, así que se quedó asombrada, jaja, pero vino muy bien, porque supo que lo puede hacer sin problema sentada.

Al quinto día comenzó a decirnos que tenía caca, le dijimos que fuera al orinal y fue sola, se bajó las braguitas y se sentó, lo malo es que luego solo le salía pis. Al final del día nos pidió el pañal, y se lo pusimos porque creímos que lo pedía por la seguridad que le daba para hacer caca, pero no hizo nada. A la noche, nos pidió de nuevo caca en el orinal y con bastante esfuerzo consiguió hacerlo!! 

Al séptimo día es ella misma la que me pidió hacer pipí en el orinal al despertarse por la mañana. Se va sola al baño para sentarse al orinal y solo me avisa si hace algo para que vaya a limpiarle. No ha vuelto a mojar más braguitas desde el primer día. Aunque suele aprovechar a hacer la caca cuando acabamos de llegar de la calle en el pañal que lleva puesto.

La segunda semana hicimos igual. La dejamos en braguitas para estar por casa y el pañal se lo pusimos solo para dormir de noche o la siesta y para los viajes largos en coche, pero en todo momento nos solicitó el orinal para hacer pipí aunque tuviera el pañal puesto. Vamos, que dejó de mojar los pañales tanto de día como de noche. En el coche, para viajes más o menos largos llevamos siempre un orinal en una bolsa para poder parar en donde sea (área de servicio, la calle o área de descanso, y que ella pueda hacer pipí cómodamente.



Hubo un día, en que volvió a hacer caca "sin querer" en el orinal, cuando su intención era solo hacer pipí, y de nuevo pudo ver lo fácil que resultaba hacerlo sentada. Desde entonces ha comenzado a pedirnos también caca para ir al orinal y hacerlo ella conscientemente.

Anécdota: le hemos comprado unas toallitas húmedas de wc que son de los dibujos animados de La Patrulla Canina, y cada vez que consigue hacer caca en el orinal no nos dice que ha hecho caca sino que nos grita con alegría "Patrullaaaaa Caninaaaaaa" jajaja.

Retirada definitiva del pañal de día

Después de 2 semanas viendo que pedía hacer pipí siempre en el váter o en el orinal y que comenzó a pedir hacer caca también en el orinal, decidimos retirarle el pañal para salir de casa. Eso sí, llevando repuesto de muda y ropa en la mochila por si las moscas.

Lo ha llevado super bien. Solo en contadas ocasiones se le ha escapado un poco de pipí en las braguitas. Eso sí, hay alguna noche que ha mojado mucho el pañal y por lo tanto consideramos que tendremos que retirárselo mucho más adelante, pero sin prisa. Lo bueno es que podemos decir que tras dos semanas usando braguitas por casa ha empezado a usarlas también para salir a la calle y ha ido todo muy bien. Siempre nos dice cuándo tiene ganas de hacer pipí y solo se le escapa un poco si está muy apurada porque ha estado distraída jugando. Lo lleva tan bien que hasta es capaz de aguantarse un poco hasta que encontramos un baño cuando estamos en la calle.

La novedad de esta tercera semana sin pañal es que al no llevarlo ni para la calle ha empezado a pedir hacer caca en el váter, lo cual es mucho más higiénico a la hora de limpiarle, y ya no quiere hacerlo en el orinal. 


Cosas que NO nos habían funcionado los meses anteriores

Hubo varias cosas que intentamos antes de la operación pañal propiamente dicha para ver si nuestra hija ponía interés en querer quitar ella misma el pañal y hacer pipí y caca en el váter pero no funcionaron.

- Ofrecerle toallitas húmedas especiales de wc y decirle que solo eran para cuando lo hiciera en el váter. En lugar de poner interés en hacer la caca en el váter para usarlas, perdió interés por las toallitas.

- Ponerle braguitas sobre el pañal para que las conociera y les cogiera el gusto y decirle que en realidad se debían llevar sin el pañal debajo, que cuando quisiera que lo dijera y se las poníamos sin pañal. No sirvió de nada, no le prestaba demasiado interés al llevar braguitas si luego encima le poníamos unos pantalones.

- Le comentamos que en el cole los niños no llevaban pañal, que cuando ella quisiera se lo dejábamos de poner. Pero nunca nos preguntó ni hizo ningún comentario, como si no fuera con ella. Ella tenía claro que iría al cole este año y punto, pues se lo decía a todos, pero no lo relacionaba con el pañal.

- Les habíamos contado a algún familiar y persona cercana que no sabíamos cómo hacer para que dejara el pañal, que no nos atrevíamos a quitárselo todavía pero la reacción de la gente no fue buena, pues se dedicaron a intentar hablar con ella y decirle que debía dejar el pañal para ir al cole. Por suerte cortamos pronto de raíz este tema y les dijimos  a esas personas que no hablaran con la niña del tema, que parecía sorprendida de que las gente le preguntara siempre si ya no llevaba pañal, y le producía timidez. Así que no, no hace falta el apoyo de demasiadas personas para lograr dejar el pañal, sino darle naturalidad y mantener el proceso dentro de la intimidad familiar.

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viernes, 17 de mayo de 2019

MES 4: Analizando los resultados del triple screening y sus "errores"

Semana 14 (segundo embarazo)


Llegamos a una de las semanas más deseadas del embarazo, la semana 14, que es la primera semana del cuarto mes y por ende la primera también del tan esperado segundo trimestre.

Resultados del triple screening y sus "errores"

Si hubiera obtenido estos resultados antes de la analítica del VeriRef estoy segura que me habría asustado mucho, porque como era de esperar, aunque no sea aconsejable los comparé con los del anterior embarazo. Las grandes diferencias no solo están en los resultados finales para el riesgo de trisomías, sino que ya partía de una gran diferencia en la medida de la papp-a, beta-hcg, traslucencia nucal y de la edad.

Primer embarazo:
Edad de la madre en el parto: 39 años + 1 mes

Riesgo S. Down: bajo (1/2109)
Riesgo S. Edwards: bajo (1/100 000)

Segundo embarazo:
Edad de la madre en el parto: 41años + 10 meses

Riesgo S. Down: bajo (1/425) mucho menos que hace 3 años
Riesgo S. Edwards: bajo (1/9748) muchísimo menor que hace 3 años

Los datos que tuvieron en cuenta para el tripple screening fueron los siguientes (marco en rosa los "errores" que se cometen en este tipo de análisis a mi parecer):

Edad gestacional de la ecografía: 12 semanas + 6 días (realmente estaba de 12 semanas + 1 día, o sea de 5 días menos, pero han utilizado la edad gestacional que les da el feto según su tamaño, imagino que es porque lo que interesa es la proporción de la medida de la TN respecto al tamaño del bebé)
TN: 1.60mm (0.97MoM)

Edad gestacional de la extracción de sangre: 11 semanas +1 día (realmente estaba de 10 semanas + 3 días, o sea que el feto era realmente 5 días más pequeño, pero usaron la edad gestacional corregida según el tamaño del feto en la ecografía, o sea que supusieron que el día de la extracción el feto era 5 días mayor de loq ue en realidad era)
papp-a: 661.4mU/L (0.38MoM) 
beta-hcg: 48.3U/L (0.73MoM)
                                                   
Por otro lado la proteína papp-a es la que ha dado un valor menor del límite para S. Down, analizada individualmente. Se sabe que valores menores de 0.4MoM están relacionados con un bajo tamaño gestacional del feto, ya que es una proteína que interactua con los valores de crecimiento insulínico y está relacionada con la función placentaria. A mí en ningún momento me han dicho que tuvieran que hacerme un estudio a parte para coprobar el crecimiento correcto del feto y su estado como sí que se hace cuando sale una TN de más de 2mm, caso en el cual se recomienda la amniocentesis. Pero es que tampoco tiene mucho sentido pensar que ese nivel de proteína hace que mi feto no crezca ya que precisamente el feto es grande para su edad gestacional, que era en realidad de 10 semanas y 1 día cuando me sacaron la sangre. Es decir, cuando me extrajeron la sangre para la analítica el feto tenía una edad de 10s+1d, y probablemente un nivel de proteina papp-a de 661.4mU/L habría dado un MoM igual o mayor de 0.4.

Para quien quiera saber más sobre la proteína papp-a les recomiendo leer el estudio "Asociación de nivel bajo de PAPP-A en primer trimestre con resultados obstétricos adversos" donde sacan en conclusión que un nivel de PAPP-A bajo se asocia con aumentos significativos de prematuridad, diabetes gestacional, restricción del crecimiento e hipertensión gestacional. Pero ojo, nada de sacar conclusiones sobre los valores que salgan en vuestras analíticas ya que, como habeis visto en mi caso, todo es relativo y al final lo que importa es la combinación de los 4 factores mencionados: papp-a, beta-hcg, traslucencia nucal y edad en el parto.

Que el riesgo de S. Down sea bajo (1/2109) del primer embarazo frente al también bajo pero de (1/425) del segundo, me daba miedo, así como los resultados con el S. de Edwards, bajos en ambos casos pero de (1/100 000) en el primero y de tan solo (1/9748) en el segundo. Pero sé que a partir de la edad de 40 años el riesgo de trisomía aumenta notablemente. Por ejemplo en S. Down, se habla de una probabilidad de 1/356 a los 35 años, que pasa a ser de 1/97 a los 40 y de 1/23 a los 45, lo cual no es un aumento progresivo sino acelerado a medida que envejecemos (información sacada de la página de Natalben)

Otro libro que habla de tener un hermanito

Esta semana le hemos dado a nuestra hija el otro cuento que teníamos reservado para ella que habla de tener un hermanito. Este le ha gustado mucho más que el anterior, ya que es de la colección de Lulú, de la cual ya tiene unos cuantos más. Vamos, que es un personaje que conoce bien y le gusta, así que el que sea ella la que cuente cómo engorda su mamá, se queda al cuidado de la abuela un par de días y cuando regresan los padres vienen con un bebé le hace mucha ilusión y lo está interiorizando mejor. Cada noche va corriendo a por el nuevo cuento para que se lo leamos y expliquemos comparándolo con su mamá. ESe titula "Lulú tiene un hermanito" y además a nosotros nos viene al pelo que la mayor sea una niña y el hermanito un niño, porque es tal cual va a suceder en esta familia.

 



Se la ve tan contenta con el embarazo que de hecho cada día le da besitos a mi barriga y le sigue diciendo alguna que otra vez "te quiero bebé". Ojalá siga por este camino y no se vaya todo al garete cuando le conozca de verdad y le sienta llorar, jajaja.





Síntomas:

Sigo con dolor de pechos pero la barriga no crece demasiado. Creo que le ha sido fácil aumentar de tamaño al principio porque hacía tan solo 2 años que había albergado a otro bebé, pero que ahora ya ira más poco a poco.

14 semanas de embarazo (estatura: 1.72cm)
Peso: 53.5kg





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jueves, 16 de mayo de 2019

Mes 3: Dentista sin anestesia. Ecografía de las 12 semanas.

Semana 13 (segundo embarazo)


Dentista

Me cambian la cita del ginecólogo a la tarde así que tengo que ir primero al dentista sin haber podido preguntarle a mi ginecólogo qué me pueden hacer y qué no. Pero me he informado a través de páginas oficiales de ginecología y obstetricia como de odontología y pienso en ser muy clara con el dentista.

Al llegar al dentista  le soy muy sincera: no quiero usar ningún producto anestésico que pueda dañar al feto y por supuesto no dejaré hacerme una radiografía si no es estrictamente necesario y con la protección adecuada de peto de plomo en barriga y cuello. La verdad es que he tenido que dialogar bastante con él, porque no debe ponerme anestesia con algún derivado de la epinefrina, y veo que está al corriente, pues a las personas afectadas del corazón tampoco se les puede poner por tratarse de un vasoconstrictor. Él me explica que lo que hacen estos derivados es ayudar a que el anestésico dure más tiempo y tenga mayor efecto, pero que si es necesaria la anestesia puede usar una sin ese aditivo, aunque sería más suave. De todas formas le digo que apunte cualquier cosa que vaya a usar para comentarlo después al ginecólogo, y es entonces cuando me dice que puede arreglarme la muela sin usar nada, más despacio, con mucho más cuidado, pero que es posible y así hacerlo con riesgo cero para el feto.

Al final consiguió limpiarme bien la muela rota y reconstruirla sin usar nada de anestesia pero me da la mala noticia de que se está deshaciendo por dentro y no por una caries, sino porque mi propia muela no se arregla bien a sí misma. Las células madres se atrofian o algo así y la dentina se va ablandando como la mantequilla. Si llega a la raíz tendría un problema serio, posiblemente una infección y habrá que desvitalizarla. Todo viene acentuado porque tengo bruxismo, así que seguro que va a más. Solo esperamos que aguante los meses de embarazo y pueda arreglarla dentro de unos meses.

Tengo miedo de lo que me pueda pasar en la boca durante este tiempo, pues es bien conocido lo delicada que es en una embarazada y que el riesgo de infección no es tan simple como en el resto de las personas, pues podría pasar al feto.

Ginecólogo (12 semanas +1)

Esta vez pude ir con mi chico. Dejamos a la peque con su abuela para estar más tranquilos, aunque los nervios no nos los quitaba nadie. Además yo ya iba bastante triste por salir del dentista con malas noticias sobre mi salud dental.

Lo primero que hizo fue leer las analíticas que le llevé. Al ver en el Veriref que todo daba bien dijo que el triple screening lo corroboraría pero que él se fiaba mucho más de la analítica que ya le llevaba pues era sobre ADN fetal.  Vamos, que podíamos estar tranquilos.

En la analítica general del primer trimestre me miró en especial:

  • hematocritos 0.392L/L  (0.36-0.46)
  • hemoglobina 135 g/L (120-160)
  • plaquetas 295x10`9 (132 - 357)

y me dijo que esta muy bien, vamos, pero que muy bien.

Al pasarme al ecógrafo me comentó como en el anterior embarazo que era una gozada mirarme de forma abdominal porque como a penas tenía grasa en la barriga se veía todo clarísimo. Pero la primera impresión que tuve al ver al feto en la ecografía era que algo no andaba bien. Recordaba que en aquella ecografía mi hija hace casi tres años se movía como una loca, estirando y encogiendo las piernas, como si quisiera hacer una voltereta. Esta vez no era así, se veía un amasijo de manchas con algo que se movía en el medio. Pero menos mal que el ginecólogo tardó poco en decir que el feto estaba dormido de lado, y lo que se movía era el corazón que le latía perfectamente. Ufff, que susto! Así que lo que estaba gestando era un bebé perezoso que no se parecía a su hermana. Movió un poco el ecógrafo y se comenzó a mover pero muy suavemente intentando poner la mano delante de la cara.



La traslucencia nucal, que es otra de las medidas del triple screening salió de 1.6mm. Es una medida que está bien, porque está por debajo de 2mm (a partir de esa medida comienza a haber un riesgo de S. Down), pero era bastante mayor que la que obtuvo su hermana que fue de tan solo 1.2mm.

Confirmó también con el ecógrafo que el sexo era masculino y midió al feto. Ciertamente se tomó más tiempo en mirarle miembro por miembro que cuando íbamos en el embarazo anterior, que no nos daba tiempo a ver nada.  Hasta comentó que se le veían bien los riñones, y que era grandecito, pues le daba una medida correspondiente a 13 semanas +6 días, es decir, 5 días mayor de lo que era en realidad. Pero las imágenes que nos ha dado para llevarnos son una mierda, perdón por la definición, pero no se aprecia el cuerpo entero de nuestro futuro bebé ni se adivina dónde está cada cosa.

Nuestra hija de dos años está ilusionada

La peque empieza a aceptar y a reconocer lo que está pasando. A veces me coge la barriga y dice "creciendo creciendo bebé barriga mamá" y me da besos en el abdomen, y eso que nadie le ha dicho en ningún momento que lo haga y el padre tampoco lo ha hecho nunca delante de ella, ya que como comenté en otro post, no le daremos más importancia de la que ella le dé.

Creemos que se ha vuelto más cariñosa desde que se ha ido mi familia. Han estado toda la semana aquí en casa atendiendo a la niña por encima de todo, así que ha sido siempre el centro de atención, y en lugar de reclamarnos que sigamos con ella igual parece que se ha liberado de ese peso y responsabilidad de estar con la familia todo el tiempo. Aunque tiene las rabietas típicas de los dos años, está muy mimosa y juguetona.

Síntomas:

Me duelen los pechos. Cuando la peque se apoya sobre mí me hace mucho daño.

Los pezones y la areola se han oscurecido y endurecido bastante.

Ya no  soy capaz de sacar ni una sola gota de leche de ninguno de los dos pechos cuando me ducho.

La barriga me abulta poco por la mañana, pero al llegar la noche se me nota que estoy embarazada.

Sigo orinando con frecuencia pero no tengo flatulencias.

El pelo me dura mucho tiempo limpio, pero noto también gran sequedad en la piel del abdomen.

Aguanto bastante con las uñas largas, y solo las corto cuando veo que empiezan a romperse.

13 semanas de embarazo (estatura: 1.72cm)
Peso: 53.4kg
Contorno pecho: 81cm
Contorno barriga (por el ombligo): 77cm
Contorno cadera: 94cm





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martes, 14 de mayo de 2019

Mes 3: Problemas con los dientes. Conocemos el sexo de nuestro bebé.

Semana 12 (segundo embarazo)


Problema con una muela

Empecé la semana fatal, rompiendo una muela comiendo maíces tostados, mi antojo de este embarazo. Noté un "crack" y con la lengua soy capaz de sentir una fisura. Tengo miedo porque se me haya roto mucho, ya que normalmente no tengo caries, pero si me sale alguna suele ser por infiltración, es decir, la caries se va comiendo el diente por dentro hasta que un día rompe y hay que reconstruirlo entero. Hasta dentro de una semana no tengo dentista, así que me toca comer solo por el otro lado. De todas formas el miedo me mata porque estando embarazada no sé lo que podrá hacerme, pues aún estoy en el primer trimestre y no es recomendable ni las radiografías ni la anestesia.

Tendré que comer muchas cosas blanditas, como purés y pescados durante estos días, pues veo que comiendo carne usando tan solo un lado de la boca acabo muy cansada.

"Al fin" me duelen los pechos

Ahora sí que sí, me duelen un montón los pechos por el embarazo, aunque cómo no, me he estado comiendo un poco la cabeza con el tema de las microcalcificaciones. Para cuando nazca este bebé hará 3 años que me hice la última mamografía así que quiero poder realizarme una antes de esperar a terminar con la lactancia, porque si no pasará demasiado tiempo, más 5 años si doy el pecho durante 24 meses. No tengo ninguna esperanza de conseguir que mi ginecólogo me dé cita para mirarme bien el pecho mientras estoy con lactancia materna, y aunque está demostrado que vaciando bien el pecho se puede estudiar la mama perfectamente, creo que no todos los radiólogos se atreven ni se ven preparados, así que igual he de consultar de nuevo con la Dexeus y ponerme seria para que me cojan y me hagan un estudio mamográfico cuando ya haya nacido mi bebé y esté la lactancia bien establecida (ya que los dos primeros meses es imposible que el bebé vacíe un pecho y el sacaleches menos aún).

Vamos, que en cuanto note que mi bebé come bien y es capaz de vaciarme el pecho intentaré hacerme la revisión y control de las microcalcificaciones del pecho izquierdo y revisar el estado del derecho.

Resultados de Veriref (analítica no invasiva)

En cuanto he visto el mensaje en mi móvil de que ya tenía listos los resultados de análisis de trisomías en ADN fetal hemos ido corriendo a por ellos. Al abrir la carpeta lo primero que buscaba era un % o un margen de probabilidad que indicara el resultado para cada cromosoma analizado, pero no lo encontré. Al final me di cuenta de que los resultados te los dan diciendo si se detecta o no alteración cromosómica y en mi caso no se ha detectado en ninguno de los cromosomas estudiados.



Luego aparece una tabla con la sensibilidad y capacidad de acierto para cada tipo de estudio, que en general es del 99.9%, muy alto, pero no se nos olvide que no es del todo fiable al 100%, aunque si sale bien también el resultado del triple screening me parece que sería absurdo hacer una amniocentesis.

Después he buscado el sexo del bebé, pues es otra información que pueden obtener a partir del ADN fetal en sangre materna. Y aquí vino mi sorpresa: SEXO MASCULINO.


Vamos a tener un niño!!

Lo cierto es que no me lo esperaba para nada. Como ya tenernos una niña, pues no sé, supongo que me veía ya como mamá de niñas, jajaja, menuda tontería no? Pero lo más importante es  que vamos a tener un niño sano!!!

En cuanto le he enseñado la carpeta a mi chico se ha quedado como yo al ver el sexo de bebé, jajaja y es que aunque siempre ha dicho que le gustaría tener un segundo hijo niño, porque se sentiría identificado, ya que él tiene una hermana mayor, le pasaba lo que a mi, que se veía ya papá de niñas.

Sabía que con este embarazo tendría un reto importante, pero llegué a pensar que sería el criar a un niño con S. Down. No obstante el reto lo tengo igualmente pues siempre he dicho y me he comprometido a criar en igualdad a mis hijos, y al venir un niño en camino y tener ya una niña he de ponerme las pilas para cumplirlo en todos los sentidos. Para ello hemos empezado diciendo que dormirán en la misma habitación, porque el dormitorio es pequeño y solo será para dormir (para estudiar habrá otro cuarto). Cuando pase el tiempo, si nace algún conflicto de convivencia ya lo resolveremos. Diferencias que vamos a mantener entre ellos? Siempre que se dejen vestir por nosotros a la niña le pondremos algún que otro vestido y al niño no, y a la niña la llevaremos con el pelo largo y al niño no. A partir de ahí, yo creo que nada hay que diferenciar a parte de las características que veamos en sus personalidades.

Le contamos a nuestra hija que va a tener un hermano

Pues como todo parece ir bien, le contamos a nuestra hija ya uno de los cuentos que teníamos reservados para este momento, para comunicarle que mamá lleva un bebé en la barriga y que es su hermano. La noticia no es que yo vaya a tener un bebé sino que todos lo vamos a tener aunque esté dentro de mamá todavía.


 

Le enseñamos mi abdomen, y le dijimos que se estaba poniendo cada vez más grande porque estaba creciendo un bebé dentro. Nos atrevimos a preguntarle si le apetecía tener un hermano, y menos mal que ella dijo que sí, porque sé que es una pregunta que no se debe hacer, o al menos no sin saber más o menos los gusto de tu hijo, pero la vimos tan ilusionada al saber que había un bebé dentro de mi que no dudé en esperar una buena respuesta por su parte.

Ella sabe perfectamente que cuando era bebé estaba dentro de la barriga de mamá escondida y un día salió de allí, y que no hizo falta llamar a la cigüeña para que la trajera. Pero hasta dentro de 3 días no se lo contaremos a la familia de mi chico y hasta dentro de 4 a la mía, así que no le daremos más información de momento a nuestra pequeña para que no lo cuente, pues siempre le gusta comentar las novedades a las abuelas, jajaja. Además, como dice mi chico, iremos poco a poco y no le daremos más importancia que el que ella le de. Y a los demás les diremos que no la bombardeen con el tema de "hermana mayor" para que no se agobie, no nos olvidemos que aún tiene solo 2 años.

Al fin se lo contamos a la familia

Usamos la misma forma de contarlo a ambas familias, a la de mi chico y a la mía, que fue poniéndole a nuestra hija una camiseta en la que se leía "hermana mayor" y que ella dijera "sorpresa".

En el caso de la familia de mi chico primero vimos a su madre, que aunque ya sabía que estábamos esperando un bebé, de hecho era la única persona que lo sabía, no sabía aún el sexo, y se ha alegrado muchísimo, pero más pensando en su marido, el padre de mi chico, pues si viene un niño en camino será el cuarto nieto, segundo varón pero primero que lleve su apellido en primer lugar. A mi esas cosas no me importan, supongo que por ser mujer me he acostumbrado a quitarle importancia, y además me parece una tontería, pero creíamos que al abuelo paterno le gustaría. Pues no, al final  nos hemos quedado todos chafados, porque como se lo ha dicho mi suegra nada más que lo ha visto entrar por casa, al pobre hombre no le ha dado tiempo a reaccionar y a día de hoy no sabemos si se ha enterado bien de que va a ser abuelo por cuarta vez, jajaja. Vamos, que se ha quedado un poco como ni fú ni fá, como hizo mi cuñada cuando le dijimos que estaba embarazada por primera vez. Lo cierto es que me ha dado mucha pena por mi chico, porque sé que le hacía mucha ilusión darle un nieto varón, pero bueno... El resto de la familia sí que se ha alegrado un montón.

En cambio, al decírselo a mi familia ha sido todo una sorpresa, pues no me esperaba tan buena reacción. La cuestión es que cuando ha aparecido nuestra hija con la camiseta se han echado a reír con ella y a aplaudir pero sin darse cuenta bien del mensaje. Al cabo de un rato vemos cómo mi hermana se calla y abre la boca sorprendida para mirarme y empieza a llamar a mi madre "que no, mamá, que nos quieren decir otra cosa" y entonces pillaron el mensaje y les enseñé la bariguita. Y no me pusieron ningún pero!! Se alegran mucho y mi hermana más aún porque sea niño pues le gustan más que las niñas. Creo que en parte ha funcionado lo de decírselo en persona y hemos hecho bien en esperar a que vinieran a vernos, porque es mucho más emocionante y la alegría se contagia mejor entre abrazos y besos.

Síntomas:


Comienzo a sentir al bebé. Sé que es pronto, tal vez demasiado, pero comienzo a sentir algunas burbujas en el abdomen, donde tengo el útero. Son muy sutiles, nada que ver con sentir al bebé dando patadas, por supuesto, pero cada noche me tomo mi tiempo para poner la mano y concentrarme en lo que siento y dónde. Vuelvo a tener bien la barriga, pues comienzo a ir de nuevo bien al baño.

Ya no tengo calenturas, al fin se han ido todas!

12 semanas de embarazo (estatura: 1.72cm)
Peso: 52.4kg




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domingo, 21 de abril de 2019

Mes 3: Analítica del primer trimestre. Cansancio y somnolencia

Semana 11 (segundo embarazo)

Primera analítica de sangre y orina

Ya me he realizado la primera analítica del embarazo, la del primer trimestre. He madrugado mucho pero ha merecido la pena, pues he sido la primera en pasar y no me ha dolido nada el pinchazo. Luego me he ido a desayunar con mi chico, solos, de parejita, y lo hemos disfrutado mucho. Eso sí, la analítica no ha salido nada barata, pues el VeriRef cuesta 400€! Esperamos que sea una buena inversión, es decir, que sean capaces de detectar bastante ADN fetal y analizarlo con garantías, pues si no tendría que volver a sacarme sangre. Pero lo que deseamos sobre todo es que los resultados sean buenos, pero tendremos que esperar al menos una semana.



La familia

Hemos digitalizado un vídeo de VHS de cuando yo era niña y me he emocionado al poder verlo en casa. Me he visto con tan solo 3 años jugando en el río con mi hermana y saltando de la mano de mi madre. Muy feliz. Pero me he entristecido mucho al ver esa parte en la que mi madre se relaciona con su familia, personas con las que ahora no se habla, gente que se ha portado muy mal con ella en estos últimos años, y he pensado que las familias felices se pueden romper algún día.

Quiero quedarme con lo bueno, disfrutar de las imágenes en las que salimos mi madre, mi padre, mi hermana y yo. Parándome a pensar un poco he podido rescatar de mis recuerdos esa sensación de felicidad y plenitud en familia. Aquello que vivíamos cuando éramos niños y todos nos llevábamos bien, que la familia era muy importante y muchas veces el bastón en el que apoyarse, la mano a la que aferrarse y el cariño hecho personas. Eso es lo que quiero para mi hijos, para la familia que he formado con mi chico. Quiero poder trasmitirles esa sensación de tranquilidad y paz cuando estás en familia. Que seamos una familia que se quiere y que se lo demuestra uno a otro continuamente.

Síntomas:

11 semanas de embarazo (estatura: 1.72cm)
Peso: 52.5kg



Siento algo de presión en los pechos y el vientre abultado, pero ya no me pica la piel de la barriga, así que me echo crema solo de vez en cuando. Eso sí, tengo a mano mi nueva lata de nivea por si acaso, que es la que mejor va cuando hay un ataque de picor.



Me faltan las fuerzas

Vivo cansada. He leído en el diario de mi otro embarazo que en esta época dormía unas 10 horas de noche y luego un par de horas más de siesta. Pero claro, criando yo misma a mi propia hija eso se hace imposible. Nunca consigo dormir más de 4 horas seguidas pues hago unas 8 horas de noche pero con uno o dos despertares para ir a orinar o cuando se levanta mi chico para ir a trabajar. Y en la siesta no consigo estar más de 30 minutos con E. pues ella se duerme agarrada a mi y me deja en muy mala postura para estar cómoda, así que cuando me muevo ya no puedo volver a dormirme. Por eso cuando salgo a la calle parece que voy arrastrando los pies de cansancio.

No tengo ni ganas ni energía para cocinar o limpiar, pero lo hago, aunque acabo discutiendo con mi chico porque para ayudarme he de andar diciéndole lo que ha de hacer en casa. Ojalá mirara a su alrededor y se diera cuenta solo de cuándo hay que poner una lavadora, fregar los baños o limpiar el suelo. De hecho, he de pensar qué vamos a comer incluso cuando va a cocinar él, y esto, en mi estado mental de desfallecimiento continuo, se convierte en una tortura.

Además me preocupa nuestra hija. Tiene un comportamiento difícil de similar, que aunque dicen que es típico de los dos años, a veces nos asusta. Saca su genio, a veces se vuelve egoísta y también quejica y no sabemos cómo se tomará la noticia de que va a tener un hermano o hermana, o más bien que va a haber otro bebé en casa a parte de ella, y es que día a día nos repite que es un bebé. Pero eso no nos importa, pues al igual que ella tiene dos muñecas de diferente tamaño que llamamos "bebé grande" y "bebé petit", así los llamaríamos a ambos hermanos y listo!

Ha habido un día que se estaba dedicando a arrastrar el cojín de lactancia por el suelo, y aunque ahora no pasa nada, pues no le doy uso y se lava, cuando nazca el bebé será mejor que lo evitemos, así que le he enseñado para qué sirve ese cojín alargado y tan especial, y lo ha entendido a la primera. Tanto que ha pedido que la sentase con él y le fuera pasando muñecos para darles de comer "teta". Creo que no ha dejado a ninguno con las ganas.



Lo que sí que estoy haciendo con ella a propósito es enseñarle vídeos de niños y niñas que son hermanos y qué cosas hacen juntos. Incluso vídeos donde hay un bebé y otros hermanos de su edad. Ella lo va entendiendo y le gusta. a veces me pide "vídeo hermanos bebe" y entonces busco a Verdeliss y su recién nacida hija Miren con sus hermanos. A ver qué tal se nos da la semana que viene cuando se lo contemos. Tengo entre ganas y miedo, pero ante todo ha de prevalecer el sentimiento de familia que tenemos ahora, que somos tres de momento y el quipo aumentará. Seremos más y más fuertes!



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